Ida Rodríguez Prampolini

Una referencia presente, este abril....

Veracruz | 2025-04-14

Hacer alusión a una presencia, personalidad, personaje como Ida Rodríguez Prampolini, es reto, compromiso y gusto.

Ida regresa a su natal Veracruz a finales de la década de los ochenta. Para fundar el Instituto Veracruzano de la Cultura. (1987)

Con el apoyo de gobierno del Estado y Don Fernando Gutiérrez Barrios se hace posible el proyecto de Chacha. Quien tenía una sólida trayectoria académica y vasta   experiencia en cuanto a directrices y políticas de desarrollo cultural.

 Ida fue estudió la licenciatura en Letras en la UNAM, una maestría en Historia Universal, así como un doctorado en Letras e Historia 1948.

Realiza estudios de Arte en Altamira y Santander y de Pintura en Italia entre los años 1954-1957.

Es en también en Europa donde continua estudios de especialidad en el área artística, 1960 en los países de Suiza y Francia.

Fue catedrática, investigadora emérita en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM y  en el año de 1974 la nombran Miembro de la Academia de Artes en México.

Ocupó en 1984 la silla 8 de la Academia Mexicana de Historia, entre los varios escaños logrados por sus aportaciones al arte.

Entre sus reconocimientos: Premio UANM 1991, Medalla de Oro, Bellas Artes 2009, mismo año donde en Veracruz se le otorga la Medalla Ruiz Cortines.

No obstante la Chacha, no solo fue un portento académico, sino una mujer singular.

Durante su permanencia en el otrora IVEC, fundó Casas de Cultura, realizó seminarios importantes en alusión a la Tercera Raíz, Arte Mexicano, Bienales, procuró conservar la esencia de la veracruzaneidad y fue una mujer de aplomo y convicciones férreas, cuya imagen traída a la memoria nos da un abanico grande de lecturas: el amor a su tierra y  a sus raíces, a sus hijos, a sus amigos y a la Cruzada de lucha sin tregua, donde los patrones culturales propios se topan con innumerables Gigantes o Molinos de Viento.

Nuestro recuerdo de Chacha está vigente este y todos los abriles, mes cruel según la poesía de Elliot, pues la circunstancia de los tiempos así lo marca.

Hoy ha tantos años de sopesar su legado y labor, nos satisface a ver trabajado a su lado.

Nuestros diálogos y controversias, avivan su silueta-imagen  de Reyna de Carnaval en camino a la Academia, como hizo referencia en su biografía,  su amiga, la también historiadora Olga Saez, pero asimismo al tiempo nos acercan a su compromiso y entrega de todos aquellos pasos dirigidos a  sembrar las bondades del arte en tierra de trópico, donde inicia el Caribe.

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