México | 2023-05-10
La siesta es una tradición en muchos países del mundo y hay quienes incluso la consideran un estado de ánimo.
Después de comer y de una taza de café obligatoria, tumbarse para resguardarse de las horas más calurosas es un hábito ‘de los abuelos’ que asociamos con el lujo de la vida lenta o los periodos vacacionales.
Un sueño para muchos, una construcción cultural para otros, que se mantiene viva, por ejemplo, en México y algunos países latinoamericanos.
Hoy en día, debido a los tiempos de la vida moderna que no dejan mucho espacio para el descanso, a menudo estamos cansados todo el tiempo, y dormir por la tarde podría ser la solución, a menos que se sufran trastornos hormonales.
Según un nuevo estudio transversal de la Universidad de Guadalajara (México) y la Universidad de Murcia (España), para saber cuánto hay que dormir por la tarde hay que tener especial cuidado con la duración de la siesta, ya que ésta contribuye a la salud metabólica de las personas, y dormir demasiado puede tener incluso efectos adversos para el descanso a largo plazo.
¿Cuáles son los beneficios de una siesta? Dormir, cuando aún no existía la medicina, era la única forma de curarse.
Dormir durante el día no es un hábito a demonizar, sino a curar y controlar, porque los beneficios de la siesta vespertina están ahí e incluyen una mayor capacidad cognitiva y de memoria, una mayor disponibilidad de energía durante el día y un menor nivel de estrés gracias al espacio en el que se desarrolla este hábito.
Los beneficios se observan sobre todo en los mayores de 65 años, pero también en los estudiantes en época de exámenes. En definitiva, en épocas de mucho estrés, echarse la siesta puede ser una jugada ganadora, la única variable a tener en cuenta es cuánto tiempo dormir por la tarde.
Originalmente, existía la siesta, ‘la sexta hora del día’, que, según la tradición española de posguerra, era la forma de escapar de las horas más calurosas del día (entre las 2 y las 4 de la tarde), y dejar que la sangre fluyera del cerebro al estómago, similar a la ‘pennichella’ italiana.
En 1998, el profesor James B. Maas adoptó el término ‘power nap’, una siesta que dura entre 10 y 20 minutos, para normalizar la siesta de la tarde en los entornos laborales de las empresas con el fin de aumentar la capacidad de rendimiento de los empleados.
Una ‘catnap’, en cambio, es un poco más larga, digamos de 20 a 25 minutos, y su nombre es bastante elocuente.
¿Cuánto tiempo dormir en una siesta? El estudio de 3,000 sujetos antes citado concluyó que sobrepasar los 30 minutos de siesta por la tarde puede ser contraproducente, así que el tiempo ideal de una siesta es de 20 a 25 minutos, pero nada de siesta de dos horas, para evitar robar sueño al ciclo nocturno.
En concreto, la duración de la siesta afecta a la salud metabólica, y quienes duermen más de 30 minutos al día por la tarde son más propensos a tener problemas de síndrome metabólico, un complejo cuadro médico de presencia simultánea de tres afecciones: diabetes, hipertensión arterial y obesidad.
Mediante un método transversal, el estudio determinó que quienes duermen menos de treinta minutos, es decir, 15 o 20 minutos, tienden a tener niveles más bajos de azúcar en sangre, menor presión arterial y ningún problema de síndrome metabólico.
¿Es bueno tomar café después de comer? El café después de comer, sobre todo si es amargo, es una excelente ayuda digestiva, pero ¿qué tiene que ver con la siesta?
Aunque pueda tener efectos desagradables por padecer reflujo gastroesofágico, tomar una taza de café después de comer contribuye al buen funcionamiento del metabolismo y, sobre todo, la acción de la cafeína actúa unos 20 minutos después de la ingesta, creando la receta perfecta para una siesta descansada y energizante por la tarde.