Veracruz | 2021-12-02 | Pamela Salinas
Hoy en día existen diversas opciones para bajar o mantener el peso y alcanzar metas saludables. Y aunque la comida mexicana es diversa y con toques tradicionales prácticamente imposibles de erradicar, existe una forma de incluirla sin estropear los objetivos personales, esto a través de la alimentación flexible.
80 – 90% de alimentos nutritivos y 10-20% de los mismos pero densos en energía, son la base de esta propuesta dietética, implementada por expertos en nutrición como la licenciada Elizabeth Espriu, fundadora de Lizactivate, que a través de este plan busca mejorar el estilo de vida de las personas creando mejores hábitos, mientras disfrutan el proceso de cambio.
“La alimentación flexible es lo que todos deberíamos hacer para alcanzar nuestros objetivos y mejorar nuestro estilo de vida, porque lo que logra es que se mantenga a largo plazo”, comentó la especialista en nutrición femenina y deportiva a Galería, en entrevista telefónica.
De acuerdo con Espriu, existen planes nutricionales que, si bien funcionan en periodos cortos, permiten que viejos hábitos regresen a quienes lo implementaron, por lo que, a través de este sistema de integración universal de alimentos, “es un estilo de vida, el cual no sataniza ninguno”, afirmó.
Incluyente
“La idea de la educación alimenticia es que puedes saber si vas a comer algo, que tal vez no sea tan nutritivo o saludable, lo puedas comer, pero que sepas que como tal no es ‘terrible’ y cómo lo puedes incluir en tu día a día”, detalló la CEO de Lizactivate.
Asimismo, destacó que, aunque hay patologías donde se recomienda llevar un control relativo, la alimentación flexible resalta los objetivos a largo plazo, incluso en casos de pacientes con enfermedades como la diabetes.
“Por ejemplo, mi paciente tiene diabetes, lo que debe evitar es azúcar, pero alguna vez en su vida va a comer azúcar porque va a haber un cumpleaños o algo, es la vida real. Lo que busca la alimentación flexible es que se pueda incluir pastel pero, con la educación alimenticia, sepa cómo no alterar sus picos de insulina o qué se puede comer antes”, explicó.
Y es que dentro de los mencionados porcentajes se integran en mayor cantidad las frutas, verduras, alimentos de origen animal y productos no empaquetados, a diferencia del resto mínimo, que incluye los ultra procesados y con mayor densidad de energía y menor valor nutricional, donde entran dulces, mermeladas, ‘comida chatarra’, etcétera.
“Tengo pacientes de todo tipo, pero en realidad, todo se puede revertir con una buena alimentación”, destacó la nutrióloga, quien motiva a través de este estilo de vida alimenticio evitar satanizar la ingesta de productos ‘no tan saludables’: “Esto te va a llevar a una buena salud”, subrayó.
Aprendizaje
Originaria de la Ciudad de México, Elizabeth Espriu es egresada de la Escuela de Dietética y Nutrición; cuenta con certificación ISAAK 1 y se especializa en nutrición de mujeres y deportistas. Actualmente trabaja con estrategias flexibles relativas y, además se encuentra cursando una especialidad en el síndrome de ovario poliquístico.
De acuerdo con su experiencia, la alimentación flexible se apega a la vida real, ya que, en algún momento de esta, el incluir alimentos ultra procesados, empaquetados o con los ‘cuatro sellos’ que integra la Secretaría de Salud en los paquetes actuales, formarán parte de nuestra ingesta ocasional.
“En la vida real te vas a comer uno y ese momento no tiene que ser una tragedia; no porque te comas un chocolate vas a seguir con tu problema de resistencia a la insulina -por ejemplo-, al contrario, puedes tener un equilibrio y mejorar varias cosas, pero siendo flexible”, destacó.
Y si bien una dieta restrictiva genera cambios inevitables, son, como recalcó, a corto plazo, ya que, al retomar la actividad previa a este tipo de planes específicos, la persona/el paciente puede ver consecuencias como el aumento de peso y el famoso ‘rebote’.
“De nada sirve que mi paciente llegue a su peso ideal en tres meses si en seis va a regresar a donde estaba” -comentó- “Prefiero que tal vez tarde seis meses en llegar a ese peso (ideal) pero me lo va a sostener para siempre, va a aprender”.
Finalmente, invitó a los lectores de Galería a profundizar en la alimentación flexible e implementarla con los porcentajes mencionados, ya que existen muchos mitos sobre la alimentación y pérdida de peso, pues prevalecen formas de consumo como menús de ‘ensalada y pollo’ para ‘ver cambios’.
Sin embargo, concluyó, “si todos tuviéramos en cuenta ese 80/20%, cambiaría la forma en que comemos”.