México | 2020-12-17 | Agencias
Aprovechando el aislamiento debido al Covid-19, Paul McCartney completa este viernes con ‘McCartney III’ una trilogía musical emprendida hace 50 años desde la sencillez y la intimidad, lo que -como vuelve a demostrar en esta entrega, a sus 78 años- no significa para nada falto de brío ni de ideas.
Corría el año 1970, concretamente abril, cuando él mismo anunció el final de The Beatles solo unas semanas antes de la publicación de su primer álbum en solitario, llamado sencillamente ‘McCartney’, que había sido grabado en secreto aprovechando los medios de los que disponía en su hogar con un estilo mucho más sobrio que el que acostumbraba.
Era un período de desasosiego y confusión para el artista tras la renuncia de John Lennon, pero fue él el señalado como villano de la historia, como si intentara acaparar promocionalmente el final de los "Fab Four" en su beneficio. Además, pese a sencillos históricos como ‘Maybe I'm Amazed’, tampoco gustó el tono "lo fi" del álbum que, con el tiempo, tan influyente se mostró.
Diez años después, la historia volvió a repetirse. A punto de disolver su segundo proyecto colectivo, ‘Wings’ (1981), se encerró en su hogar para grabar en secreto ‘McCartney II’ con la única asistencia en las voces de su entonces esposa, Linda (él se ocupó de registrar todos los instrumentos).
Sorpresa
Ha habido que esperar cuatro décadas más y a una pandemia que forzó el confinamiento de medio mundo en sus hogares para que ‘Macca’ completara la jugada y sorprendiera con este ‘McCartney III’, de nuevo compuesto, interpretado y producido completamente en solitario en su granja familiar de Sussex.
Se trata, como en el caso de ‘Folklore’ de Taylor Swift y tantos otros títulos de este año, de una las pocas felices consecuencias de la pandemia. Él mismo contó que no había propósito de lanzar tan pronto una continuación a ‘Egypt Station’ (2018), pero los días en casa se hacían largos y comenzó a entrar en su estudio y a revisar material antiguo.
Fue precisamente un tema inédito de principios de los años 90 el detonante del caudal compositivo, ‘When Winter Comes’, el corte que cierra este álbum y que, con nuevos pasajes, pero manteniendo un "riff" muy distintivo, también lo abre bajo el nombre de ‘Long Tailed Winter Bird’, en una estructura circular como la que une este álbum con el eslabón de 1970.
A ese "blues" inicial, como al resto del álbum, le hace bien el poso de la voz ligeramente ajada pero sólida de McCartney, quien, a falta de colaboradores, encuentra en la guitarra a su principal interlocutor, cuando no al protagonista de esta historia para dar forma a un amplio rango de emociones.
Todas han podido ser escuchadas antes en boca de otros, pues sus letras y partituras han ido apareciendo impresas en muros perdidos de ciudades como Nueva York, México, Toronto, Los Ángeles o Sídney para que sus fans las interpretaran personalmente, en una muestra más de la complicidad y ganas de recreo que han rodeado el proyecto.