Siete cazuelas de Cuaresma: Tradición con sabor a México

Descubre y prepara las siete cazuelas de Cuaresma, platicos que evocan a la Semana Santa

Ciudad de México | 2023-03-28

Las 7 cazuelas de la cuaresma, son la preparación de 7 platillos que hacen referencia a los 7 días de la Semana Santa y la visita de los 7 templos; una costumbre que practican los fieles católicos durante el Jueves Santo.

En México estas preparaciones suelen representar la abundancia de la tierra, las cosechas y los productos que nos da el mar. Son una tradición heredada de abuelas a madres, y de madres a hijas.

Y en la actualidad son usos y costumbres que de a poco se desvanecen, pero todavía las podemos encontrar en algunas familias, mercados e iniciativas para preservarlas como el Concurso ‘Las 7 Cazuelas… ¿Cuál es tu favorita?’ del programa Vive la Pasión del Instituto Cultural de León.

La costumbre dicta que los días viernes se mantiene el ayuno y a medio día se preparan los 7 platillos. Hay quienes deciden consumirlos reunidos en familia el Viernes Santo, o también se prefiere prepararlos de a poco; cambiando el sabor de las cazuelas durante los diferentes viernes de cuaresma.

En algunos lugares del país aún se realizan estas preparaciones en grandes cazuelas de barro y sobre fogones de leña.

Cada una de las cazuelas debe hacerse con mucha pulcritud y esmero; las abuelas o las jefas de familia son quienes están al mando de la distribución de tareas y determinan la correcta elaboración de dichos platillos, es una tradición que se ve mucho más arraigada en la zona del bajío.

Mestizaje 

Al igual que el resto de nuestra cocina, la comida de cuaresma es resultado de un mestizaje que se sigue practicando hasta la actualidad. La cultura cristiana se ha fusionado con prácticas y tradiciones propias de las diferentes regiones de nuestro país.

Así hemos logrado una gastronomía sumamente diversa, enriquecida por los ingredientes endémicos de cada rincón de México.

La alimentación no solo se define por lo que se puede y no consumir según lo que dicte la religión, sino también por la temporalidad de los alimentos y la accesibilidad de los mismos.

Algunas preparaciones que no pueden faltar en las 7 cazuelas son las habas, las lentejas, los nopales con pipián y la capirotada; es difícil definir los demás platillos, ya que sus variaciones dependen de los ingredientes típicos de cada región.

En la actualidad hay quien incluye papas de tierra, tortas de camarón con pipián y nopales, chiles rellenos; como postre suele comerse el dulce de chilacayote, la capirotada dulce o de leche y para beber el agua de Obispo o el agua de Dolores.


Habas

Suele desgranarse cuando es joven para consumirla cruda y con sal, aunque usualmente se cuece con agua hirviendo para luego desnudarla de la película blanca que la recubre. Las habas se­cas son empleadas en sopas, usualmente espesas, y se suman en caldos o conso­més de pollo.


Chicales

Consiste en cocinar granos de elote que se secan al sol por lo menos cinco días y eso asegura su conservación. Para suavizarlo y prepararlo, se remojan en agua y adquieren una textura como de maíz quebrado. Imagínate un guisado con textura similar a los frijoles de olla o lentejas, pero sin las legumbres.

Un potaje espesito y lleno de sabor que se hace en el norte de México durante la temporada de Cuaresma


Nopales

Pertenece al género Opuntia de la familia de las cactáceas y es originario de nuestro país. Una vez despojados de espinas, se aprovechan en sopas, guisos, asados, en jugos o en escabeche; son acompañados muchas veces de otras verduras mexicanas.


Pipián

El pipián rojo es un tipo de mole prehispánico que debe su nombre a que uno de sus ingredientes principales son las semillas de calabaza o pepitas. 


Torrejas

Al principio, solo se trataba de una rebanada de pan remojado en leche y horneado, actualmente sigue siendo igual, aunque nuestro paladar ha evolucionado y ahora también incluimos huevos y azúcar en la receta.


Capirotada

Está hecha a base de pan duro, tortillas viejas, piloncillo aromatizado con especias y queso añejo. Como muchos de los platillos nacionales, la capirotada tiene sus orígenes en la Conquista.

Fue traída por los españoles que la preparaban de dos formas: a la francesa, que utilizaba carne y embutidos, y la clásica era una especie de budín aderezado (no necesariamente dulce).


Agua de obispo 

Se dice que esta bebida la elaboraban los monjes en los seminarios con los vegetales que ahí cultivaban y consiste en una mezcla de frutas picadas: betabel, manzana, plátano, naranja y lechuga.

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