Veracruz | 2024-06-20
La Fototeca de Veracruz albergó la muestra ´La construcción del instante´ de la fotógrafa mexicana Flor Garduño, quien en 69 fotografías refleja más de tres décadas de trabajo compartido y realizado a nivel nacional e internacional.
Sin ser una retrospectiva, pero con un toque de esta, la muestra integró diversos proyectos de la artista de la lente, entre los que se encuentran aspectos como retratos, comunidades de México y América Latina, así como el desnudo femenino, la naturaleza, entre otros diversos.
"Espero tener un poco más de tiempo para hacer una retrospectiva, creo que todavía tengo chance. Sería un trabajo muy arduo para hacerla", agregó la fotógrafa, quien conversó con medios locales sobre su labor.
La artista, quien cerró con su visita la muestra en Fototeca -inaugurada en marzo- resaltó que está por compartir una publicación con 180 fotografías inéditas y desarrolladas durante 45 años, que evocan a la muestra ´Senderos de vida´ que se presentó en Bellas Artes de marzo a junio.
"Me dicen: ´¿Cómo se la ha pasado como mujer y fotógrafa?´ pues me la he pasado bomba porque gracias a ser mujer he podido hacer cosas que, si hubiera sido hombre, no las hubiera podido hacer", comentó.
"He ido, venido, hecho lo que he querido, divertido maravillosamente y estoy agradecida por la vida y ¿qué es lo que puede uno dar? Hay que dar algo."
"Para mí están las exposiciones, pero que vienen cierto tipo de personas, cierta cantidad, pero con el libro es más universal y pasa y van a pasar generaciones y ahí va estar el registro", afirmó.
- ¿Cree que una publicación editorial compita con las opciones virtuales de publicación inmediata, como Instagram?
- La diferencia es abismal. Mis fotos las trabajo una por una, los textos normalmente son epléndidos porque escojo y pido de favor de grandes escritores que me hagan los textos.
Les podrá gustar mi imagen o no, pero no podrán decir que el libro está mal hecho, está impecable. De hecho mis libros han recibido varios premios a nivel internacional por cómo está realizado y me tengo que hacer harakiri tremendo porque tengo que quitar cosas que son importantes.
Aún muchas veces las tengo que quitar porque se repite, cuando se repite una imagen uno tiene que escoger y cuando uno escoge sí duele, pero tienes que ser muy estricto y también tener una lectura.
No es un catálogo de fotos, es cómo empieza una historia, que es lo que uno propone y cómo es que la termina. El libro aún tenga varios capitulos, hay una entrada y una salida. Es muy complejo, inmensamente complejo.
Prefiero ser fotógrafa que editora, porque hago las dos funciones, pero mil veces es mas fácil ser fotógrafa que editora, porque uno tiene que estar muy atento en la imprenta.
Garduño, quien fuera alumna de Kati Horna y Manuel Álvarez Bravo, en su próxima publicación compartirá fotografías "que nunca se han visto", así como trabajo nuevo; dentro de las capturadas hace más de cuatro décadas, resaltan los sincretismos y las tradiciones, registro que, subrayó, no es un trabajo reporteril, pero sí "un legado de memoria."
"Con el tiempo la gente ve cosas que ya no están y lo sigo viendo ahora. Empiezo a ver cosas que antes veía en Guerrero, fiestas, tan cerca de donde yo vivo, y nada que ver; está cambiando rápidamente nuestra cultura, nuestras tradiciones culturales se están yendo a pique", afirmó.
- Con los cambios culturales que ha notado, ¿le gustaria registrarlos o continuar con su línea de trabajo?
- No me pongo esos cuestionamientos, (mi) trabajo lo hago, encuentro, salgo. Solamente por ejemplo, en el libro ´Testigos del tiempo´ trabajé solamente en pueblos indígenas (...) Esa es mi mira, no soy tan cuadrada, tomo lo que me nace o hay, porque uno nunca sabe qué es lo que va a ver.