Xalapa , Ver | 2022-06-30
La tragedia del camión descubierto en San Antonio, Texas, mantiene en la zozobra a una familia del pueblo de San Marcos Atexquilapan, en Naolinco.
Y es que los menores Misael Olivares Monterde y Yovani Valencia Olivares de 16 años, así como Jaír Valencia Olivares, de 20 años, viajaban en la unidad en la que murieron 53 migrantes.
La familia clama a las autoridades de México y de Estados Unidos informarles en qué condición se encuentran los jóvenes.
Todos laboraban como zapateros y buscaron el sueño americano hace una semana.
Yovani y Jaír son hermanos. Su madre explica que ellos salieron con de su hogar con el objetivo de construir una casa y “comprar un coche”.
La travesía inició el 21 de junio y una semana después, el lunes pasado los jóvenes avisaron a sus familiares que tras caminar al punto de encuentro serían recogidos por quien los llevaría a Texas.
La llamada fue hecha por la mañana y por la tarde, los padres se enteraron a través de las noticias del hallazgo del tráiler y los migrantes muertos y después les confirmaron que ellos iban en el camión.
Yolanda Olivares Ruiz, madre de Yovani y Jair, de 16 y 19 años, respectivamente, asegura que desde que se dio a conocer la noticia no ha habido información de las autoridades, pero saben que iban en el tráiler en cuestión.
“Ellos se fueron para realizar sus sueños, tener su casa, un negocio, un carro y se fueron con esas ilusiones de lograr sus metas. Jóvenes de aquí se fueron y lograron sus metas y ellos se fueron con mucha fe de que iban a pasar rápido, pero desgraciadamente ellos están sufriendo allá”, contó.
Ante la falta de información hizo el llamado a las autoridades para que les faciliten documentos migratorios que les permitan acudir a Texas para conocer el estatus de sus hijos, dado que un familiar que los recibiría en ese sitio ha preguntado en los hospitales para saber si están entre los sobrevivientes pero no le han dado información.
“Lo que he pedido es que nos ayuden con los pasaportes para poderlos ir a ver, que nos apoyen las autoridades. Hay un familiar que los esperaba allá pero nunca llegaron. Estaban muy gustosos y ansiosos, nos dijeron que iban a pasar por ellos, que se iban a ir a donde estaban sus primos y les daba gusto porque iban a estar en diferentes condiciones. No hemos tenido ninguna información, queremos saber si están bien porque no hemos sabido nada”.
Yolanda cuenta que sus hijos trabajaban en la elaboración de calzado pero que ninguno quería dedicarse a ello, por lo que decidieron dejar Naolinco tras conocer casos “de éxito” de otros pobladores que se fueron a Estados Unidos y su situación económica mejoró.
“Se fueron porque querían poner un negocio, hacer zapatos no les gustaba, se fueron para poner el negocio, para tener su casa, para comprarse un carro”, cuenta.
Ahora ella y su esposo Antonio Valencia piden a las autoridades que les informen sobre el paradero de sus hijos pues desde que se dio a conocer la noticia viven en incertidumbre.
A ello se suman Gerardo Olivares y Herlinda Jiménez padres de Misael Olivares Monterde, de 16 años, que viajó junto a Geovanni y Jair en la misma fecha y también está en calidad de desaparecido.
Por su parte, Marcelino Valencia, tío de los jóvenes aseguró que todos son personas de bien y que su única motivación era la de mejorar su situación financiera.
“Queremos que nos puedan apoyar con las autoridades de Texas, que nos den información de cómo se encuentran ellos. No tenemos conocimiento de ellos, todo está en el aire; aunque hay un familiar de ellos en Texas y ha ido a los hospitales no le han dado ninguna información. Está confirmado que iban en el tráiler”, dijo.
*Migración en Naolinco va en aumento^
El agente municipal de la localidad de San Marcos, César Valencia, narró que desde hace siete meses la migración de jóvenes de Naolinco —incluso menores de edad— se ha incrementado al grado de convertirse “en moda”.
Dijo que quienes se van son jóvenes de escasos recursos que son convencidos por el sueño de tener un trabajo que les permita obtener una casa, una automóvil, porque lo han visto con otros que los antecedieron.
“La meta de los jóvenes que se han estado yendo en los últimos meses tienen la finalidad de tener su casita, de poner su propio negocio, esa es su mentalidad. En los últimos tiempos han migrado muchos jovencitos, desde hace unos seis o siete meses comenzó, se volvió una moda y se van. Son personas de bajos recursos, pero hay manera de ir sobreviviendo, donde ellos se puedan emplear”.
Dijo que en Naolinco el 80 por ciento de la población se dedica a la elaboración de calzado, el resto al campo y la ganadería, a la ordeña de leche, por lo que el “sueño americano” se ha convertido en una de sus aspiraciones.