Acayucan | 2021-07-04 | Santos López Celdo
El suplicio de los familiares de las víctimas de homicidio o muertes violentas continua a más de un año de que se prometiera la remodelación del anfiteatro municipal y de que se retirara el convenio que la delegación de servicios periciales hiciera con una empresa funeraria particular que le prestaba sus instalaciones para realizar las necropsias de ley.
Los cadáveres continuan siendo llevados hasta Cosoleacaque o Coatzacoalcos para la practica de esa diligencia y traídos a sus lugares de origen con recursos propios de los parientes o dolientes de los fallecidos.
Y es que en Acayucan, desde hace varios años no hay un anfiteatro funcional. Desde el Gobierno de Fidel Herrera Beltrán, en que se construyó el que estaba en el panteón municipal, éste dejó de operar a los pocos meses de ser inaugurado. La falta de agua y energía eléctrica las principales causas y la millonaria inversión realizada, quedó en una obra abandonada.
Hace unos meses, el gobierno municipal, propietaria del terreno y del inmueble, lo derribó completamente para dar espacio a más lotes para sepultura de los difuntos en el cementerio, zona donde estaba el anfiteatro.
A la llegada de una nueva delegada de servicios periciales en Acayucan, un convenio que tenia esa dependencia con una funeraria local, se suspendió y con eso, se cerró el espacio que la compañía le permitía a los médicos legistas para realizar su necropsias.
Actualmente, ni anfiteatro ni médicos legistas tiene la delegación de servicios periciales en Acayucan. Los cadáveres deben ser llevados a Coatzacoalcos o Cosoleacaque, y de ahí, traídos por empresas funerarias que se encargan de hacer el traslado de los cadáveres desde el sitio del crimen hacia aquellas ciudades y luego negociar el retorno a los lugares donde deberán ser velados y sepultados, siendo un doble dolor y gasto para la familia de la víctima.