Orizaba | 2020-04-19 | Nora Gabriela Lira
La contingencia que se vive por el COVID-19 ha provocado que se tengan algunos atrasos en el pago de pensiones alimenticias, pero la falta de trabajo no es pretexto para no aportar para los hijos, indicó la licenciada en derecho Luz María Reyes Huerta.
“Sin duda alguna, con esta contingencia, las mujeres, los niños y los ancianos son de los sectores más vulnerables, aunado a que la violencia económica también se ve recrudecida por esta contingencia”, mencionó.
Reyes Huerta explicó que el quedarse encerrados en casa repercute en muchos aspectos, tanto en el psicológico como en la carga de trabajo y el económico, por que si los hombres han sido despedidos de sus fuentes de trabajo no dan ningún recurso en el caso de las pensiones alimenticias.
Recordó que en los juzgados hay guardias para recibir todo tipo de trámites que se refieren a pensiones alimenticias, pero los depósitos no se están depositando en los juzgados y esto complica mucho más la situación.
Comentó que tiene una cliente cuyo esposo va muy atrasado con el depósito de las pensiones y con la contingencia no ha podido ella cobrar.
Indicó que los alimentos son de inaplazable cumplimiento, por lo que aunque no haya trabajo, el hombre ve como le hace y come, y no puede dejar a sus hijos sin comer.
Consideró que ahí tendrá que echar mano de sus recursos y ahorros para cumplir con los menores.
Reconoció que eso es algo que los hombres a veces no entienden, porque alegan que no tienen trabajo, pero ven como le hacen y comen, y en el mismo plan deben ponerse con los hijos, lo contrario solo exhibe su falta de empatía y responsabilidad.
Indicó que se entendería si dijera que no puede dar la misma cantidad, pero que aporte algo y se vea la voluntad de no dejar a los menores en el desamparo.