Xalapa | 2022-07-09
Al cerrarse el libro del expresidente Luis Echeverría, y vaya que fue uno muy largo, surgen de entre sus páginas las relaciones que forjó a lo largo de su vida. Una de ellas tiene que ver con un ex gobernador de Veracruz.
Fue alrededor del año 1969 cuando un joven Fidel, quien soñaba de pequeño con dejar su pueblo, Nopaltepec, y convertirse en chofer de autobuses, logró llamar la atención del entonces candidato a la presidencia por el Partido Revolucionario Institucional.
En ese entonces el joven político apenas había empezado a trazarse un camino dentro del ambiente local; ya se había hecho relativamente famoso al participar en concursos de oratoria y ser incluso el presentador de varias quinceañeras en la capital, hasta que fue invitado a participar en algún momento en la campaña de Rafael Murillo Vidal.
Cuentan los que saben bien la historia que fue en esos tiempos donde llamó la atención de Rodolfo Echeverría, sobrino del entonces aspirante a la presidencia del país. Un joven Fidel Herrera fue parte de los oradores que llegaron al ‘destape’ del otrora secretario de Gobernación de Gustavo Díaz Ordaz. Echeverría, al ver la forma de hablar del veracruzano, terminó por invitarlo a sus giras.
Posteriormente, una beca presidencial en Londres fue el signo de gratitud hacia Herrera Beltrán, quien después empezó a forjar su propio sueño, alejado un poco de la clase política local, lo que a la postre lo llevó a conseguir la gubernatura de Veracruz, apoyado desde el centro del país.
Al igual que Echeverría, Fidel Herrera se ha mantenido alejado de la vida política desde hace unos años; su esposa, Rosa Borunda, al igual que su hijo Fidel, comparten de vez en cuando sobre el estado de salud del ex gobernador, que últimamente no ha sido el mejor.