Veracruz | 2025-01-01
La manipulación de pirotecnia sigue ocasionando graves accidentes en Veracruz, incluso en un contexto donde su uso está cada vez más restringido. No obstante, muchas personas siguen optando por manipular estos peligrosos instrumentos.
A pesar de las medidas y llamados a la conciencia ciudadana, recientemente se han registrado dos casos alarmantes de mutilaciones causadas por el manejo inadecuado de cohetes, lo que reabre el debate sobre la efectividad de las prohibiciones y la necesidad de reforzar estas medidas.
En Orizaba, un joven de 20 años perdió tres dedos de su mano derecha cuando un cohete estalló antes de ser lanzado. Tras el incidente, fue trasladado al Hospital General Regional número 1 del IMSS, donde los médicos no lograron salvar sus dedos debido al daño severo.
Este lamentable accidente ocurrió mientras celebraba el Fin de Año, ignorando las advertencias oficiales sobre los riesgos asociados al uso de pirotecnia en estas temporadas decembrinas.
Así mismo, otro caso similar se reportó en Cosamaloapan, donde un hombre de 39 años, identificado como Iván "N", sufrió la amputación de tres dedos de su mano derecha.
Según los reportes, la explosión ocurrió porque no tuvo tiempo de arrojar el cohete tras encenderlo. Fue atendido por paramédicos del SAMUV y trasladado a la clínica del IMSS local, donde los médicos confirmaron que la lesión era irreversible.
Estos incidentes se suman a una larga lista de tragedias relacionadas con la pirotecnia que han ocurrido en Veracruz en los últimos años. Las autoridades estatales han implementado restricciones y campañas de concienciación tras varios episodios devastadores, como explosiones en almacenes de fuegos artificiales que dejaron múltiples víctimas fatales y heridos.
La prohibición del uso, venta y almacenamiento de fuegos artificiales tiene como objetivo principal proteger la integridad física de las personas y evitar tragedias como las que aún resuenan en la memoria colectiva del estado. Sin embargo, la persistencia de estas prácticas pone en evidencia la necesidad de mayor vigilancia y educación en torno a los riesgos.