Orizaba | 2021-04-11 | Nora Gabriela Lira
No existe voluntad de las autoridades para frenar el problema de la tala, el cual tal parece que no se dan cuenta que se trata de un problema de sobrevivencia, señalaron ambientalistas.
“El círculo de pobreza en el Parque Nacional Pico de Orizaba, obliga a mucha gente a cortar un árbol para subsistir, pero obliga a más gente a entregar madera a grandes consorcios que se encargan de industrializarla y sacarla ilegítimamente, ya sea maquinada en huacales o en trozos, como se ve en las carreteras, pero la autoridad por un lado no los ve, por otro lado nos los oye y por otro lado no lo habla”, comentaron.
Ese tema, explicaron, es algo que le corresponde a la Profepa, pero esta dependencia en el estado tiene tres inspectores para todo el estado, además no tienen recursos y cuando van a hacer alguna actividad lo anuncian antes y al revisar nunca encuentran aserraderos.
Consideró que el problema es que las autoridades no ven más allá de los años que les toca de administración, pues es una situación de sobrevivencia para las siguientes generaciones.
Apuntaron que ya todo mundo está sufriendo de sed y de seguir la situación como va, en pocos años será ya no crítica, sino terrible.
Los ambientalistas indicaron que si hubiera voluntad de acabar con este problema se controlarían las entradas y salidas al Parque Nacional y con vigilancia en esos seis puntos se podría evitar el movimiento de la madera.
Comentaron que por mucho tiempo se ha pedido que las fuerzas federales se hagan cargo de la vigilancia, pero nunca se ha hecho caso, posiblemente porque hay intereses políticos ahí.
Otra solución, consideraron, seria llevar programas de empleo temporal a la gente, como los había antes, y así se disminuiría la tala, porque la gente no lo hace por maldad, sino por necesidad.