Orizaba | 2022-06-28
Debido a los usos y costumbres y hasta por ignorancia, más de un millón de niñas al año se casan en el país, indicó la diputada federal de origen zapoteca Eufrosina Cruz Mendoza.
Sin embargo, reconoció que hay una doble moral, pues hay más interés en castigar el abigeato que en sancionar el matrimonio infantil.
Al acudir a presentar su libro “Los sueños de la niña de la montaña”, apuntó que lamentablemente, como la misma cifra lo muestra, no es algo aislado ni ocurre sólo en las comunidades indígenas, también se da en colonias de la ciudad.
Destacó que a las juventudes les toca romper esa normalidad que hay en la invisibilidad y la violencia que sufren las mujeres.
“El reto también de este libro es que todos y todas como sociedad se nombren las cosas como son, que se diga que no es normal el que alguien le grite a una mujer, porque la violencia a la mujer inicia a través de la palabra, luego inicia a través del acto, inicia a través de los golpes y al rato una mujer está sin vida”, apuntó.
Consideró necesario reconstruir un nuevo lenguaje en ese aspecto para hacer visible ese problema.
Respecto al alto número de feminicidios que hay en el país, señaló que hay que hacer y provocar que el sistema de justicia haga las cosas.
Recordó que las regalías de su libro van para dos causa, una para abrazar a estas mujeres que ya no están, que son carpetas de investigación, y otra parte va para los hijos e hijos de ellas que en la mayoría de los casos quedan en la orfandad o con los abuelos, pero no puede ser que no haya un padrón en este país de las niñas y niños que están en esa circunstancia.
Destacó que hoy hay feminicidios porque no se ha logrado cerrar ese último eslabón que es que se haga justicia.
Señaló que México, como sociedad, le ha fallado a las mujeres, por lo que si están las herramientas legales, le toca al sistema de justicia hacer que estos feminicidios no queden en una carpeta.
Mencionó que a veces se cae en la apatía porque como no les ha tocado de cerca, no se visibiliza, pero no es necesario que llegue una historia cercana para que se asuma esa responsabilidad.
Reconoció que es difícil evolucionar como sociedad, pero es un reto que está en manos de todas y todos, porque todos formamos parte de ella y sólo si todos denuncian, los problemas se visibilizarán.