París | 2024-07-27
La historia del marchista cordobés Ricardo Ortiz es un verdadero testimonio de perseverancia y pasión. Hoy, se encuentra en la ciudad luz, París, representando con orgullo no solo a Guanajuato, sino a todo México en los Juegos Olímpicos de 2024.
Ricardo siempre tuvo clara su meta: participar en una justa olímpica. Sin embargo, el camino no fue fácil.
Los obstáculos económicos lo obligaron a buscar alternativas para financiar su sueño. Vendió helados y paletas de hielo, y con cada venta, se acercaba un poco más a su objetivo. Nada lo detuvo, ni siquiera la falta de apoyo inicial.
Motivado por la tradición mexicana en la marcha, Ricardo dejó su hogar en el ahora Pueblo Mágico de Córdoba y se trasladó a Guanajuato. Allí, encontró el respaldo necesario para seguir entrenando.
Aunque sus solicitudes de ayuda al Instituto Veracruzano del Deporte (IVD) no fueron atendidas, no se desanimó. Hoy, desde la Villa Olímpica en Saint-Denis, sus palabras reflejan la emoción y satisfacción de haber llegado a París.
Sus palabras al llegar fueron claras y emocionantes: "Llegando e instalados en la Villa, feliz por estar en París. En una semana estaré compitiendo, tengo unos días para adaptarme, espero tener un buen resultado, vengo bien preparado y a disfrutar la experiencia".
Ricardo llega a París con la mejor marca mexicana de 1:18:31 horas en los 20 kilómetros marcha, una hazaña que le ha permitido alcanzar la marca olímpica. Sabe que el reto es grande, pero su determinación es mayor.
Tiene menos de una semana para adaptarse y debutar el 1 de agosto a las 7:30 horas locales (23:30 horas del 31 de julio en Ciudad de México). México entero estará pendiente de su desempeño, esperando que logre ubicarse entre los ocho primeros de su prueba.
Además de Ricardo, el rider cordobés Arturo Contreras Alegría, conocido como Arturito BMX, también estará presente en París. Aunque no competirá en la Villa Olímpica, ha sido invitado a dar una demostración de Flatland en las inmediaciones de los eventos deportivos.
Arturo, con su talento y carisma, espera algún día ver su disciplina reconocida como deporte olímpico, quizás en 2028 o 2032.
La historia de Ricardo y Arturo es una inspiración para muchos jóvenes mexicanos. Sus esfuerzos, desvelos y sacrificios nos recuerdan que, con determinación y pasión, los sueños pueden convertirse en realidad.
París 2024 no es solo un evento deportivo; es el escenario donde se forjan las historias de superación que tanto necesitamos. ¡Adelante, Ricardo! ¡México está contigo!