XÓCHITL Y LA PARTIDOCRACIA

AL PIE DE LA LETRA

Veracruz | 2023-09-01

Este último miércoles de agosto Xóchitl Gálvez ganó un raund importante a la partidocracia, pero a la senadora panista –quien no milita formalmente en el partido blanquiazul– todavía le faltan otros que serán decisivos para ganar la elección presidencial.

Max Kaiser, un popular influencer que se autodefine como un “provocador profesional de Ciudadanía”, publicó ayer en la red social X, un interesante recuento de hechos recientes sobre cómo finalmente Gálvez logró perfilarse como la virtual candidata del Frente Amplio por México a la Presidencia de la República.

“Ella –recordó Kaiser– quería competir por otro puesto. Decían: ‘no la dejarán pasar, ya hay acuerdo para la CDMX’. Diferentes grupos ciudadanos le insistieron orgánicamente ir por la Presidencia. Dijo que no, en repetidas ocasiones, y lo decía en serio, apenas en junio. Sin embargo, a partir de que el presidente (López Obrador) la dejó esperando fuera de Palacio Nacional se desató un fenómeno de apoyo ciudadano. Se convenció y levantó la mano. Otra vez dijeron: ‘no la van a dejar pasar, las cúpulas de los partidos ya tienen acuerdo’. Se creó el proceso y las reglas, y muchos dijeron otra vez: ‘están hechas para que ganen los candidatos de las cúpulas, no tiene chance’. El Presidente y su secta comenzaron a atacarla a diario. Volvieron a decir: ‘López (Obrador) la va a desinflar’. Pero creció el apoyo ciudadano en redes y en sus eventos. Fue tumbando un precandidato a la vez, varios con meses de campaña. Recibió más firmas de personas concretas que nadie, y les ganó a todos. ‘Le van a poner el pie las cúpulas’ volvieron a decir. Ganó todas y cada una de las encuestas acordadas. ‘Pero se le acercó Beatriz (Paredes)’, dijeron. El PRD y el PAN no tuvieron otra más que respaldar su inevitable candidatura. ‘¡Imposición!’, gritaron los mismos que dos meses antes decían ‘no la dejarán pasar’. El PRI terminó doblándose también para no revelar su tamaño real en la votación. Sin embargo, todavía insisten en afirmar que ‘no ganó, la impusieron los partidos’.

En dos meses de campaña le puso una madriza a propios y extraños. Lo que ustedes dijeron, hace dos meses, ¡que era imposible! ¡Dejen de tratar de predecir el futuro y de hacer el ridículo! ¡Por piedad! ¡Apenas viene lo bueno!”, concluyó Kaiser.

Y, en efecto, apenas vienen los jaloneos por el reparto de otros cargos electorales que deberán negociar las cúpulas del PAN, PRI y PRD: la selección de las candidatas y candidatos a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y a las gubernaturas de Veracruz, Jalisco, Chiapas, Guanajuato, Morelos, Puebla, Tabasco y Yucatán, además de los 628 abanderados en total a las cámaras de Senadores y Diputados del Congreso de la Unión –tanto contendientes de mayoría relativa como de representación proporcional y primera minoría–, más los legisladores locales.

No faltarán los reclamos de cuotas para sus militantes y por equidad de género.

Bueno, en Veracruz, ya hasta la guapa diputada local Anilú Ingram Vallines, del PRI, se destapó ayer para la gubernatura.

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