Veracruz | 2021-04-27 | Armando Guerra
Carolina Gudiño Corro fue una autora precoz de textos auspiciados, inicialmente, por su alma mater la Universidad Cristóbal Colon (UCC). Emprender el vuelo se tituló tiernamente el primero y Hablemos de mujeres, el segundo.
Durante su estadía en esa universidad supo hacer amarres con sus compañeros de aula y crear una suerte de círculo rojo al que también se incorporaría el más grande experto que en tirarse a muerto ha tenido la escuela de leyes de la UCC, el notario Carlos José Díaz Corrales, director por más de quince años de dicha facultad y que como abogado no saca ni una presa del mole
La licenciada Gudiño Corro, nunca ha negado la cruz de su parroquia priista ni a su santo ¿o diablo? patrono político Fidel Herrera Beltrán. Tiene el indiscutible mérito de haber sido la primera alcaldesa de Veracruz, autora de la polémica ampliación de la avenida Salvador Diaz Mirón y debió lidiar, además, con personajes como Salvador Manzur, economista egresado también de la UCC y aguantar, como alcaldesa, la convivencia política con futuros encanados.
Con esos antecedentes, se pensaría acaso con exceso de buena fe y notoria inocencia que la abogada en cuestión sería roja, roja, rojísima. Pero pues no, la abogada ha salido roja, roja y ¡azulísima! pues si del plato a la boca no se cae la sopa, la señora será candidata a diputada por el distrito 14 local por una coalición de partidos que es, por decir lo menos, una contrahechura política.
El partido que fundó Calles, revitalizó Cárdenas y definió Alemán (1928-1938-1946; PNR, PRM, PRI), se coaliga con el partido (Acción Nacional, 1939) que en la sede del desaparecido Banco de Londres y México fundaron un grupo de mexicanos contrariados por la actitud del protopopulismo nacional liderado por Lázaro Cárdenas cuyo hijo, Cuauhtémoc, se escindiría del PRI en 1986-87 y terminaría creando en 1989 el Partido de la Revolución Democrática, pie fundacional, ¡la historia es una sublime y cruel ironía!, de ese movimiento unicaudillista que es MoReNa.
Aunado a lo anterior, que como dice Sabines no es mucho ni poco pero si bastante, la candidata Blue Velvet Red Heart deberá ir codo a codo con el hijo del acérrimo rival de su mentor, o sea, Miguel Ángel Yunes Márquez, cuyo padre no puede ver ni en pintura al preclaro –ajá— hijo de Nopaltepec. El sentimiento, cuenta la leyenda, es recíproco; eso, sin contar que en un descuido se tome la abogada Gudiño la foto con la comunicóloga María Josefina Gamboa Torales para que a la olla del caldero no le haga falta nada a la hora del aquelarre y aunque luego se desconozcan, como pasa hasta en las mejores familias, incluso en las creadas por Mario Puzo.
¿Y a ideología? ¿Y Calles, Cárdenas, Gómez Morín? ¡Al diablo con ellos!, que gobiernen los cínicos y los pragmáticos como Amlito Moreno y Markititito Cortés –líderes nacionales, es un decir, del PRI y el PAN— porque el mundo será una porquería en el 506 y en el 2021 también. ¡Ahreee!
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