Veracruz | 2024-04-21
Eleazar Guerrero, primo lejano del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, se está quedando corto con el capital político que prometió aportar a la campaña de la candidata a la gubernatura de Veracruz por la alianza Sigamos Haciendo Historia, Rocío Nahle García, y a la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum Pardo.
Nos cuentan que sus operadores políticos, quienes estaban listos para mover a la gente en estas campañas electorales en favor de Morena, optaron por regresar al PRI o simplemente por hacerse a un lado y no trabajar más de aquí al día de las elecciones.
La razón es muy sencilla, ninguno de ellos fue favorecido con la asignación de candidaturas en las diputaciones federales, ni para competir por el voto directo ni por la vía plurinominal. De Unidos Todos, solo Eleazar Guerrero consiguió una nominación en la lista de candidatos plurinominales a la diputación federal, por cierto, muy lejana para asegurar desde ahora que estará en la próxima bancada morenista.
Justamente el grupo político del primo del gobernador, fue el que respaldó la llegada de Nahle García en el proceso interno de Morena, por eso es que se sentían con el derecho de que les fuera devuelto el favor con las postulaciones. Pero la propia candidata lo ha dicho, en la asignación de las candidaturas el pueblo manda y por algo no se tomó en cuenta al grupo político, a pesar de sus buenos números y resultados en la operación política.
Y ya que estamos hablando de familiares incómodos, a quien le queda perfecto eso de genio y figura hasta la sepultura es al dirigente estatal de Fuerza por México, Eduardo Vega Yunes, quien en cada evento al que acude para apoyar a la candidata a la gubernatura de Veracruz por la alianza que su partido tiene con Morena, PT y PVEM, no le queda de otra más que hacerse el muertito cada que se corea el "fuera Yunes".
El político es el único de su familia Yunes que no se quedó en la alianza Fuerza y Corazón por Veracruz, pero más que por convicción fue por conveniencia, pues en el frente opositor no le veían ninguna posibilidad.
Ahora, contra todo pronóstico, se debe tragar su orgullo y hacerse el desentendido cuando se le liga a su apellido con actos de corrupción y malos gobiernos. En una de esas, le resultaría más conveniente terminar de cambiarse el apellido y negar su origen libanés, para que no le dé penita presentarse en público.