UNA SOCIEDAD CIVIL QUE SIRVE A INTERESES (Tercera parte)

ESCENARIOS

Veracruz | 2023-07-16

El proceso electoral que se avecina, en menos de un año, la oposición oligárquica pretende integrar a su sociedad civil a través de un Gustavo de Hoyos, ex dirigente de la Coparmex, o de Eduardo Verastegui, actor, dirigente de la ultraderecha más degradante del Vox de España, o de Santiago Taboada, delegado de la Benito Juárez, involucrado en el cártel inmobiliario de CDMX, o El vocero del grupo de padres de niños con cáncer, Israel Rivas Bastida o  de Xóchitl Gálvez la botacarga, cuasi indígena, falsa trotskista, lepera y vulgar. Todos ellos se apuntaron como aspirantes a la candidatura presidencial y de la CDMX por la alianza opositora del Frente amplio por México, nueva versión del Vamos por México y su antecedente el Si por México, propuestas fallidas del magnate que las financia, Claudio equis, siendo parte de su estrategia de incorporar a la sociedad civil rumbo a las elecciones del 2024. Por un lado, los 13 hoy ya 10, aspirantes a la candidatura presidencial y algunos más de parte de esa sociedad civil amañada a su interés principal de recuperar el control de esta nación para consolidar su devastación, saqueo y entrega de recursos a los dueños del capital con moche para ellos mismos.

Según Wikipedia: “El término sociedad civil designa a la diversidad de personas que con categoría de ciudadanos y generalmente de manera colectiva, actúan para tomar decisiones en el ámbito público que conciernen a todo individuo situado fuera de las estructuras gubernamentales, de los partidos políticos, las empresas o poderes económicos, y las instituciones religiosas. La sociedad civil involucra a ciudadanos actuando colectivamente en una esfera pública para expresar sus intereses, pasiones e ideas y para intercambiar información alcanzando objetivos comunes”. Es lo que debería ser…¿pero?...

Pero en el México neoliberal se constituyó una sociedad civil amorfa, ajustada a sus intereses, inventada para sus fines de evasión fiscal, organizada para difundir las estrategias políticas de una minoría para hacer modificaciones constitucionales, formalizadas en despachos jurídicos y notariales, y principalmente movilizadas a través de medios de comunicación convencionales y sermones religiosos respaldados por la alta jerarquía eclesiástica.  Esa la sociedad civil útil en el periodo neoliberal se creó como organismo   no gubernamental, órganos creados por las grandes empresas, para atender causas sociales con fines de evasión de impuestos y el control social. Estos organismos utilizan casi el 90% del recurso donado en gastos operativos y administrativos, dejando menos del diez por ciento para el trabajo de campo y ayuda a las comunidades donde se enclavan. Por lo tanto, su personal directivo y operativo se convierten en incondicionales a los intereses de los grandes corporativos nacionales y trasnacionales como por ejemplo la atención al campo, la lucha contra el feminicidio, del impulso de las casas de atención a niños de madres que trabajan y de ancianos en centros de asilo. Limosnas para atender la problemática real. Mientras que los programas de bienestar forman parte de la distribución de la riqueza entre los grupos pudientes y las masas populares. No es dádiva, es entregar bienes y servicios a quienes que han sido expulsados por los intereses imperiales.

Esa Sociedad Civil movilizada con evidentes engaños, chismes, rumores manipulando conciencias de una población empobrecida, desinformada, desculturizada. Manipulando para sembrar en la conciencia y mente de los ciudadanos ideas, actitudes y aspiraciones que sirvan a los objetivos -ocultos o abiertos- de sus manipuladores.

Cuando en realidad, tanto las campañas electorales como  el ejercicio de gobiernos neoliberales han sido para convencer, persuadir y manipular. De hecho, la manipulación es una parte imprescindible y fundamental del quehacer político en esos sexenios de corrupción.  

En cambio las organizaciones sociales integradas por intereses comunes, son la sociedad civil consciente y políticamente activa en favor del medio ambiente, la destrucción del maíz transgénico, la lucha de género y de respeto a la diversidad sexual, pugnas en favor del aborto, que es la  libertad de la mujer en decisiones que solo a ellas, les  compete,  las críticas al fracking, los grupos de autodefensa  y actualmente en defensa de la privatización del agua y el medio ambiente. La Independencia, la Reforma y la Revolución se llevaron a cabo por la movilización social consciente de las clases explotadas, reprimidas desde la conquista y colonia hasta el porfirismo. Movilización de grupos sociales de esa sociedad civil consciente y racional que lucha por  el cambio y la transformación.

El término “movimiento social” es de uso común en el campo actual de la política para nombrar a las agrupaciones temporales e informales que surgen en torno a una causa específica. Un movimiento social es un actor político colectivo que juega un rol movilizador y de fomento al cambio social, a través de acciones de contenido simbólico a menudo poco convencionales. Es decir, se trata de agrupaciones de individuos que comparten ciertos rasgos de identidad (raza, clase social, orientación sexual) y que desafían conjuntamente el punto de vista dominante sobre la realidad social. A diferencia de otras organizaciones e instituciones dedicadas a la lucha por las reivindicaciones sociales o la participación popular (como los partidos políticos y grupos de interés tradicionales), los movimientos sociales suelen carecer de una estructura formal, esto es, de roles firmemente asignados y acciones fijas. Normalmente, son agentes colectivos diversos e informales, que pueden tomar acción política en diferentes sentidos: protestar para lograr un cambio de legislación, demandar nuevos derechos, oponerse a decisiones gubernamentales, lograr cambios culturales significativos, entre otros.

Es importante distinguir entre sociedad civil y movilización social, mas hoy entre los que se confrontan y pugnan por el cambio y transformación real y quienes persiguen el gatopardismo:  “El cambiar todo para que nada cambie” que sustentan  los neoliberales para privatizar todo, entregar toda la riqueza acuífera, forestal, agroalimentaria, energética y extractiva como el agua, la minería, el petróleo, el gas y la electricidad. Dos modelos que se confrontaran en menos de once meses a partir de hoy. Todo para el pueblo o todo para los amos del capital y sus sirvientes mediáticos, religiosos, académicos, intelectuales, legisladores, jueces, magistrados, analistas, conductores y reporteros de medios convencionales como de redes sociales. Banderazo formal de salida de pasiones e intereses que ponen en juego el futuro de nuestra nación. Continúa la transformación o se regresa al saqueo, entrega y corrupción. En una democracia todos somos responsables, votando por un modelo o absteniéndonos al cambio.

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