Sin patear el pesebre

Por:Jorge Yunis Manzanares

Coatzacoalcos | 2022-07-14

Tanto hombres como mujeres pueden llegar a tener una manera de ser asertiva,  cada uno en su estilo y género. La mujer cada vez más incorporada al mundo de lo público y de lo laboral, muchas veces es atrapada en una espiral de conducta péndulo: considera que  tener poder le da licencia en torno a la comunicación, general, y a la no verbal en particular. 

Por ejemplo,  es el caso clásico de las mujeres que han llegado a un puesto importante y se tornan bruscas y altaneras.  Gran error. Mientras más asumida este la seguridad personal en una mujer,  más se permitirá tener un estilo que le resulte cómodo,  sin perder delicadeza o feminidad.  Este estilo puede ser cálido, abierto y natural, sin que permita,  por cierto, ser avasallada en sus derechos personales ni en su jerarquía laboral. 

La seguridad no tiene que ver con las conductas dictatoriales  ni prepotentes Ellas solo crean anticuerpos, _ más aún debido a razones culturales_ sí provienen de una mujer en un alto cargo jerárquico. 

Un hombre asertivo será la antítesis,  por así decirlo,  del estereotipo del  cavernícola,  ese que solo está centrado en dirigir y controlar a todo y a todos, incluidos  los miembros de su familia,  a personas con las que les toca interactuar laboralmente. Este tipo de comportamiento muchas veces resulta eficiente, ya que los demás por miedo o intimidación, obedecen a sus mandatos. Sin embargo el costo que pagan los hombres que actúan de esa manera es el aislamiento social, y a la larga, la soledad. 

Qué paradojal resulta cuando a veces ellos,  en una consulta clínica,  se dan permiso para abrir sus corazones y expresar sus temores y tristezas, cómo así también confesar sus fracasos.

El hombre asertivo, en cambio,  se comporta como individuo evolucionado y funciona naturalmente de manera simétrica en su relación con las mujeres y los pares de su sexo.  Si  tiene que ejercer jerarquía,  lo hace con una gran cuota de empatía y soltura.  Se permite expresar Sus emociones y sentimientos y es capaz de sensibilizarse,  y explicitarlo,  frente a un hecho doloroso o a alguien que atraviesa un momento difícil. 

Los  líderes actuales son,  precisamente, personas cercanas,  cálidas y dispuestas a dar retroalimentación clara y a reforzar a quién se lo merezca.

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