Veracruz | 2025-03-28
Si bien uno de sus méritos es ser un crítico, al senador de Morena, Manuel Huerta Ladrón de Guevara parece que la brújula de izquierda se le ha dislocado y lejos de utilizar sus dones de "grillo" contra los adversarios los dirige hacia el interior del movimiento.
Sus ataques contra los gobiernos de la 4T lo ponen bajo sospecha. Algo pasa con el senador de Morena, que parece más que frustrado por no conseguir sus objetivos personales, su bienestar individual que es lo que antepone siempre.
De otra forma no se explica el constante echar tierra a los gobiernos en turno de su partido, como ocurre ahora al abonar a los temas negativos y de inseguridad en Veracruz que es un comportamiento nacional, cuando sabe que lo más redituable para una entidad como de la que es senador, es impulsar proyectos, hablar de positivos, sumarse a las campañas para atraer inversiones y generar empleos.
Y es que mientras en el territorio veracruzano se observa crecimiento económico y turístico, el político morenista busca reflectores, pues lo primero no se le da, sin duda.
A Huerta bien le cabría la frase de "si no ayudas no estorbes". Ha pasado 6 meses de que asumió el cargo como senador en la nueva Legislatura federal, y no hay un solo anuncio del ex delegado de Bienestar, sobre recursos federales bajados para el estado. Proyectos específicos de ayuda a comunidades o pueblos originarios, o simplemente una obra federal gestionada por él. Leyes que tengan etiqueta en favor de los veracruzanos o mexicanos. No se sabe nada del senador.
Caso contrario, exhibe que existe un enojo claro o se le "queman las habas" como dicen por ahí, por querer co-gobernar (algo que es imposible), al hablar de lo que debe o no debe hacer el gobierno del Estado, hoy en manos de su compañera de partido, Rocío Nahle.
Hay quienes aseguran que parece una reacción iracunda, y que le haya enojado que la justicia veracruzana no cedió a la impunidad y le dieran un año más de prisión al ex fiscal yunista, Jorge Winckler.
Los mal pensados aseguran que esto podría afectar sus relaciones –luna de miel- con los Yunes. Y es que hace poco fue evidente el calor político que el senador de Morena le propició a sus exacérrimos enemigos en la última campaña presidencial de AMLO, y en las pasadas, donde él ganó la elección.
A la memoria le asaltan lagunas que distancian sus neuronas como para no recordar que se enfrentó con los Yunes en campaña cuando hasta los retó a debatir, no al candidato a gobernador, el actual senador, y con quien Huerta compitió directamente, sino a su padre, Yunes Linares.
Y desde que estos traicionaron al pueblo y al panismo veracruzano, con su publicitado voto a la reforma judicial, Huerta los cobijó y respaldó en todo momento.
El actual delegado de Bienestar, Juan Javier Gómez Cazarín dio cuenta de ello:
"Incongruente y traidor al movimiento (de Morena)" fue lo menos que el ex diputado local lanzó contra su compañero de partido al no protestar en contra de la afiliación de los Yunes al Movimiento de Regeneración Nacional.
"Estuvimos leyendo las declaraciones del licenciado y senador Manuel Huerta, y estuvimos escuchando que los periodistas le preguntaban que dónde quedó la carpeta azul y él empezó a decir que era un tema que ya había hablado de hace muchos años, cuando en la elección pasada él se la pasó diciendo "no, que la carpeta azul, estos rateros, los vamos a meter a la cárcel (...) Eres un convenenciero, eres un incongruente, ya yo diría que eres hasta traidor al movimiento", fueron las palabras de Gómez Cazarín contra el senador morenista a finales del pasado mes de febrero.
No hay otra razón que explique la actitud del senador más que la misma que quiso aplicarle hace casi seis años al entonces gobernador Cuitláhuac García, cuando presionó para que se le diera la dirigencia estatal del partido, para su correligionario y alfil, Jaime Humberto Pérez Bernabe, el diputado federal por Papantla.
Entonces dijo, hizo berrinche, y acosó a Cuitláhuac, hasta que fue llamado a palacio de Gobierno, pero donde no le concedieron todo lo que quiso "extorsionar" como si fuera de otra corriente política o un adversario, y lejos de sumarse al proyecto salió con los mismos honores con los que entró a Palacio.
Durante toda la administración pasada Huerta no construyó nada ni para el movimiento ni para el estado de Veracruz, por el contrario, se la pasó lanzando críticas al gobierno estatal, el primero de la 4T.
"Necesitamos una acción del gobierno, que se haga sentir, no les vaya a pasar al gobernador lo del rey de España", fue una de sus quejas apenas en 2024, año electoral, por cierto, en el que también competiría él mismo.
"Con esos amigos para que queremos enemigos", dirían algunos correligionarios sobre Huerta.
Hay algo que no asimila el legislador federal. Nahle no es Cuitláhuac.
En Veracruz hay gobernadora que se asume como una jefa política del estado. Muy lejos del nivel que Huerta pretende