Veracruz | 2022-06-10
En su conferencia de prensa de ayer, el presidente López Obrador dijo que no irá del gobierno sin cumplir con su promesa de dar atención médica y medicamentos gratuitos a todos los mexicanos, comprometiéndose a resolverlo en un año, o sea, en la víspera de la sucesión presidencial de 2024.
El mandatario admitió que el derecho a la salud no es nada sencillo, “más cuando se viene de un régimen corrupto”, pero presumió que actualmente hay un 90% de abasto de medicamentos en los hospitales y clínicas del país; sin embargo, reconoció que este derecho, consagrado en el artículo 4° de la Constitución, “es letra muerta”.
En Veracruz, la abrupta salida del doctor Roberto Ramos Alor de la Secretaría de Salud exhibió una serie de negligencias que hacen entender lo complicado que ha resultado para el Presidente cumplir con este propósito. Y es que el galeno debía coordinarse con los servicios federales de salud.
Hace tres semanas, el exsecretario difundió un video para explicar los motivos de su sorpresiva renuncia. Dijo que ya había acordado con el gobernador Cuitláhuac García retirarse después de la pandemia para regresar a su consultorio particular de Coatzacoalcos. Ramos Alor señaló que él pertenece a un equipo político del sur de Veracruz –el de la secretaria de Energía, Rocío Nahle– por lo que buscaba estar más cerca de sus compañeros y continuar con su profesión.
Muy pocos le creyeron, pues días antes personal del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) había detectado en un almacén de Xalapa cerca de 900 mil piezas de medicamentos oncológicos a punto de caducar, cuando los padres de niños con cáncer acusaban desabasto en el Hospital de Alta Especialidad de Veracruz (HAEV).
Ello lo confirmó en un boletín Sandra Paola Arellano Cruz, subdirectora de Planeación de Suministro de Medicamentos y Material de Curación del Insabi.
Ayer trascendió que durante la reunión de trabajo número 48 con familiares de menores con cáncer, en la que se dio seguimiento a los acuerdos establecidos en sesiones anteriores con autoridades del hospital y del gobierno del estado, se expuso a los funcionarios de la dependencia federal la falta de equipos básicos para atender a los niños con este padecimiento, señalando concretamente que el HAEV cuenta con un tomógrafo que no funciona, por lo que la situación sigue igual. Y que tampoco cuenta con aparatos de ultrasonido ni de Rayos X para el tratamiento de sus hijos.
Una madre de familia señaló el retraso en la rehabilitación de la Torre Pediátrica y denunció también que en la farmacia del hospital no le surten la receta completa, pero que sí le ponen el sello de “entregado”.
Ante sus cuestionamientos, Enrique Pérez Olguín, coordinador de Operación y Distribución del Insabi, les explicó que la adquisición de los aparatos que requiere el hospital porteño “dependen de los trámites del Estado” ante el Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud y la Dirección General de Planeación y Desarrollo en Salud.
Los más de tres años de Ramos Alor al frente del sector fue tiempo perdido.