Veracruz | 2021-11-29 | Raymundo Jiménez
El golpe contra el grupo panista vinculado al exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares parece haber sido calculado con gran malicia política, pues la sorpresiva detención de Tito Delfín Cano, el alfil del yunismo azul para recuperar la presidencia del Comité Directivo Estatal del PAN, fue ejecutada cuando los hijos y aliados del satanizado exmandatario estatal comían, bailaban y brindaban en un salón de Playa de Vacas, cerca de Boca del Río, por la felicidad de la flamante diputada federal de Acción Nacional, Marijose Gamboa, quien este sábado contrajo nupcias por segunda ocasión.
Inclusive trascendió que Miguel Ángel Yunes Márquez, excandidato a gobernador, y su esposa Patricia Lobeira, alcaldesa electa del puerto de Veracruz –cuyo triunfo ha sido impugnado ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación por Ricardo Exsome, excandidato de Morena–, fueron los padrinos de boda.
En apariencia, el operativo de la aprehensión se decidió en forma tan hermética que ni siquiera el vocero de la Fiscalía General del Estado, Mario Lozano, tenía listo el comunicado oficial, por lo que se creó un vacío informativo que inicialmente generó la percepción ante la opinión pública de que la detención de Tito Delfín era otro acto más de persecución política del gobierno de Cuitláhuac García contra sus opositores, tal como los hermanos Miguel Ángel y Fernando Yunes Márquez, alcalde porteño saliente, y demás aliados y correligionarios comenzaron a manejar en mensajes y videos que difundieron inmediatamente en las redes sociales.
Hasta el dirigente con licencia, Joaquín Guzmán Avilés, y el senador Julen Rementería, ambos contrarios a la corriente yunista, exigieron explicaciones a las autoridades de justicia del estado y de la Federación sobre la detención del exalcalde terrablanquense.
Inclusive Guzmán Avilés, quien busca reelegirse como presidente del CDE del PAN, convocó “a la militancia panista de todas las extracciones y afinidades a cerrar filas, dejar de lado diferencias y pronunciarnos en favor de la legalidad y la transparencia de estos hechos que a todos nos preocupan”.
Fue el diputado Juan Javier Gómez Cazarín, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, quien ya muy entrada la noche del sábado, en su cuenta de Facebook, reveló que a Delfín Cano se le había reactivado una denuncia por presunto fraude iniciada desde mayo de 2017 por el exfiscal general Jorge Winckler Ortiz y el exfiscal Anticorrupción, Marcos Even, ambos yunistas actualmente prófugos.
El coordinador de los diputados de Morena apuntó que además del delito de fraude, los denunciantes comprobaron omisiones y abuso de autoridad por parte de Tito cuando se desempeñaba como alcalde en el 2012.
“Tratándose de un caso de corrupción, se turnó a la Fiscalía Especializada Anticorrupción de Marcos Even (Yunista) quien la admitió el 6 de junio de 2019. Quedando en la carpeta FECCEV/406/2019”, detalló Gómez Cazarín.
“Y si hay alguna duda habría que ir a preguntar a Tierra Blanca, donde todos saben del daño patrimonial por más de $35, 000, 000.00 en referencia de las plantas de tratamientos de aguas residuales”, dijo el diputado.