Veracruz | 2021-11-20 | Francisco J. Ávila Camberos
Desde siempre el ingenio humano, el trabajo, el ahorro, el estudio, la unidad, la constancia y el emprendimiento constituyen las bases más sólidas para el progreso humano.
Pongo un ejemplo real y claro de lo que se puede lograr al conjuntarse estos factores:
Cuando se fundó Veracruz, hace más de 500 años, no había absolutamente nada. Ni puerto, ni casas, ni calles, ni agua potable y drenaje. Tampoco escuelas ni plazas comerciales.
Solo había arenales, algunos matorrales e infinidad de moscos.
Tan precaria era la situación que vivieron los colonizadores que debieron trasladar el primer asentamiento a La Antigua.
Tiempo después, alguien visionario consideró que sí era posible vencer las dificultades y que la ubicación original tenía bastante futuro.
Seguramente lo tildaron de atrevido, de iluso y hasta de loco. El tiempo le dio la razón.
Ahora gracias al ingenio, a la perseverancia, al trabajo, al ahorro e incluso al sacrificio de nuestros ancestros, tenemos el mejor puerto del país.
Con todas las dificultades que implica partir de cero, con el paso del tiempo todos sus esfuerzos se vieron recompensados.
Contamos ahora con edificios públicos, calles, alumbrado, escuelas, universidades, hospitales, agua potable y drenaje. Es cierto, hay que darles mantenimiento, ampliarlos y mejorarlos.
También es una realidad que muchos de estos servicios los heredamos de quienes vivieron aquí antes que nosotros.
Si bien hemos tenido gobernantes buenos, regulares, malos y hasta maletas; la realidad es que aunque sea poco a poco vamos mejorando y si elegimos siempre a los más capaces y honrados, lo podemos lograr más rápido.
Hay que recordar que las ciudades se superan gracias al esfuerzo de sus habitantes. Lo que los gobernantes hacen de obras y servicios públicos no es con dinero que salga de sus bolsillos, sino del que aportamos vía impuestos los ciudadanos.
Por eso es esencial apoyar a las personas visionarias, a los emprendedores, a quienes se dedican a generar empleos. Con igual razón a quienes se superan mediante el trabajo y a pesar de las dificultades ahorran para poder brindarles a sus familias una mejor educación y por consiguiente un nivel de vida superior al que ellos tuvieron.
Hay que respaldar a los que luchan por ascender, ya sean trabajadores, estudiantes o emprendedores. Son motores invaluables que llevarán al país a un futuro promisorio.
Por eso hay que alentarlos, animaros y aplaudirles. No estorbarles.
No puede tildárseles de aspiracionistas, ni de egoístas, porque se les descalifica erróneamente
Cuando la selección nacional juega, el público acude a animarla y aplaudirle. El respaldo emocional que reciben nuestros jugadores los motiva a dar lo mejor de sí, aunque compitan contra adversarios que poseen mayor experiencia y mejor técnica.
Si nuestras autoridades fomentan la unidad, toman decisiones sensatas y usan los recursos públicos con criterio, invirtiéndolos en lo verdaderamente necesario, sin despilfarrarlos, ni robárselos, ni regalarlos, podemos llegar a ser una gran nación.
Recordemos que querer es poder.
¿Ustedes quieren que mejoremos?
Yo también.
¡Pongamos manos a la obra!.
¿No les parece a Ustedes?
Muchas gracias y buen fin de semana.