| 2024-01-27
Empleados del Hospital de Alta Especialidad de Veracruz instaron al Director Administrativo de SESVER a tomar medidas ante la supuesta conducta violenta de un individuo identificado como Antonio. Supuestamente este sujeto, señalado por agredir brutalmente a un colega, ha generado preocupación entre el personal del nosocomio, quien asegura que de no ser por la intervención de otros compañeros, la situación habría tenido consecuencias fatales.
De acuerdo con informantes del hospital, estaría vinculado previamente a casos de robo en la caja del Hospital Regional de Veracruz, sin embargo, su impunidad persiste.
Cabe mencionar que no es la primera vez que se realizan señalamientos por malas prácticas al interior de dicho hospital ubicado en la ciudad de Veracruz.
A casi 6 meses de que un tráiler se impactara con el puente peatonal ubicado a la altura de la colonia Renacimiento del puerto de Veracruz, la Secretaría de Comunicaciones y Transporte buscará finalizarlo en estos días.
Los trabajos han causado tráfico de varios minutos en la autopista Cardel-Veracruz, una de las carreteras más transitadas de la región.
Se prevé el cierre total de la vialidad en los próximos días, esperando que no transcurran otros 5 meses para que le vuelvan a “echar” mano.
Sin embargo, no es la única obra o trabajo que está causando tráfico lento o caos vial en la ciudad, las obras que realiza el Ayuntamiento y Grupo MAS están desquiciando toda la ciudad, tan solo hay que echar un vistazo en las horas pico o fines de semana donde cientos de familias salen a las calles para disfrutar la tarde en un restaurante o plaza comercial, habrían preferido quedarse en casa.
Del año pasado a la fecha el centro de la ciudad de Veracruz se ha llenado de supuestos menesterosos, como si los hubieran traído de importación.
Curiosamente, no son adultos mayores, no tienen ninguna discapacidad visible y con frecuencia parecen estar bajo los efectos de estupefacientes.
A simple vista parecen tener entre 20 y 35 años, no muestran indicadores de discapacidad.
El hecho es que se detienen en los establecimientos turísticos y comerciales y no piden comida o un taco, no. Quieren dinero.
Y quienes quedan cerca de ellos se asustan, sobre todo las mujeres y los niños.
Y de nuevo las preguntas. ¿Quiénes son? ¿Desde dónde vienen? ¿Quién los trae? ¿En dónde se quedan?
Hace muchos años eran mujeres chiapanecas y ya casi no se ven.
Antes de la pandemia del Covid fueron los boleros tzotziles traídos desde los Altos de Chiapas.
Extraño. No?