Ciudad de México | 2021-05-15 | Raúl López Gómez
El proceso electoral en el país y en quince entidades federativas de procesos locales, se ha visto un poco complicado, porque son más de dos mil cargos de elección popular dicen los del INE, que se han puesto duros en el marco de la ley y de una legalidad que no se ha quebrantado, y cuando menos se van resolviendo todos los problemas que se han presentado en el día a día.
Las manos de los funcionarios públicos, están fuera del proceso y la visión aguda de la gente y de las propias autoridades electorales en cada entidad, están muy al pendiente de todo lo que acontece. Y en este tiempo hasta hacen sus complicados ejercicio de prueba en la capacitación de todos los funcionarios de casilla.
Los partidos políticos y sus alianzas, otros partidos de los llamados chicos, con mucha decisión para cubrir en tiempo y forma a todos los aspirantes a los cargos de elección popular, sin ningún contratiempo, por eso se puede decir todo está en orden.
Aunque, hay quienes han pretendido enturbiar este proceso con la guerra sucia mediática y alguna que otra descalificación sin problema, se van dirimiendo las controversias en forma por demás civilizada y tolerante.
También, es cierto poner de acuerdo a muchos partidos políticos y otros en alianzas no ha sido una tarea que se entienda como pacificadora o de generosidad entre unos y otros, cuando en los espacios de poder se lucha como se tratara el fin del mundo o la tercera guerra mundial, cuando la democracia que no es perfecta, pero si perfectible en todo caso se cumple en México con la real participación ciudadana y las autoridades se encargan de validar triunfos y derrotas, y hasta en algunos casos dirimir las controversias.
Por eso, es que todo en calma y en la seguridad de que todo se está conduciendo en orden y con apego a la legalidad, además de que las adecuaciones a la ley y en este mandato federal constituir al “delito electoral”, esto ha significado un avance muy importante para ampliar la transparencia y legitimar como árbitro la voluntad de los ciudadanos.
En otro asunto, comienza la celebración del Día del Maestros, un personaje al que, en este país, aun no se le hace la verdadera justicia a la importancia de que la verdadera realidad de todo un pueblo se refleja en la generosidad y labor de los docentes, que por lo menos en este país, ha pasado a ser algo muy sagrado, en donde los maestros, han avanzado en los métodos de enseñar o de que aprendan sus alumnos, después de que llegó a su fin aquellos de que la “letra con sangre entra”.
Una anécdota, de una madre de familia con su hijo y con los maestros, comienza dice y narra en forma abierta, en una historia real y auténtica, de que el niño llegó a la casa, con una caja de colores que se encontró.
La madre desconfiada de la naturaleza magnánima y de la suerte del chamaco, le dio a entender que le creyó para luego, con una hábil inteligencia de mujer preocupada por su “chilpayate”, de que aprendiera a decir la verdad y a conducirse siempre con honestidad, le jugó algo muy rudo con el hijo que duele, pero que pensó sería la mejor lección de su vida.
Aquella mamá que trabaja limpiando casas y que por supuesto muy dura y acertada, no le creyó a su hijo, le indicó que no podía ir a la junta convocada de padres de familia, y cuál sería la sorpresa del chavo, de que la menuda mujer “chaparrita” pero con la decisión y carácter de un toro bravo, llegó de sorpresa al salón de clases y ante el grupo y el maestro le pidió a su hijo la caja de los famosos colores y preguntar si alguien los había “extraviado” de casualidad.
Luego, luego apareció el dueño de los colores, y el maestro aquel sacro santo en su real deber, entendió y aprendió de una progenitora, una difícil enseñanza del amor de una madre por su hijo, en donde le diría al docente, que le apoyara de favor a no ocultar o a tapar a rateros, y aquel niño, dice su mamá, que se puso de todos los colores, pero ese día aprendió la lección de su vida, y entendió que llevar una vida honesta siempre, y respetar todo lo ajeno. Sería algo importante en una persona ejemplar en la que todos pudieran confiar de manera real.
Vaya un amplio reconocimiento a todos los maestros y maestras, que hacen de esta labor todo un apostolado, y gracias por su devoción en este difícil quehacer, a veces sacrificado, vilipendiado y hasta mal pagado, pero nunca dejar de ser lo que en esencia significa la educación de todo un pueblo, y su verdadero reflejo de una vida llena de esfuerzo y sacrificio. Aunque muchas personas no lo quieren ver así en su real y entender. Así las cosas.