Veracruz | 2022-11-26
El pasado 20 de noviembre se cumplieron 112 años del inicio de la Revolución Mexicana.
Un movimiento iniciado por Don Francisco I. Madero, también conocido como el apóstol de la democracia. Su objetivo era derrocar a Don Porfirio Díaz para instaurar un régimen diferente que respetara el voto popular y no permitiera la reelección del presidente de la república.
Madero fue un hombre bien intencionado que a veces pecaba de ingenuo. Practicaba el espiritismo y creía que desde el más allá los espíritus lo guiarían en la conducción del país.
Si gobernar una nación como la nuestra es actualmente complicado por las enormes diferencias culturales, económicas y sociales que existen, imaginémonos lo tremendamente complejo que debió ser gobernarlo hace más de un siglo.
Bien dijo Don Porfirio Díaz dijo antes de salir al exilio: “Madero ha soltado al tigre, veremos si puede controlarlo”.
Por eso, no obstante que el presidente Díaz prefirió renunciar y salir al exilio en 1911, antes de permitir que el país se desgarrara en una contienda interna cruenta y sanguinaria; las pasiones y las ambiciones de otros actores políticos rebasaron a Madero. En 1913 fue traicionado, derrocado, apresado y asesinado por órdenes de Victoriano Huerta, quien se convirtió de facto en presidente de la república por poco tiempo, porque otros caudillos se levantaron en su contra. Villa, Zapata y Carranza, entre otros, lucharon contra Huerta supuestamente para que se cumplieran los ideales de Madero. La realidad es que ni con la salida de Huerta se detuvo la lucha de mexicanos contra mexicanos.
Entraron en escena los generales sonorenses Obregón y Calles quienes también lucharon por alcanzar el poder.
Los caudillos se mataron entre sí. Carranza mandó asesinar a Zapata, Obregón a Carranza y a Villa. Existen rumores de que Obregón fue víctima de un complot donde estuvo involucrado Calles. Por cierto, los héroes Obregón y Calles mandaron asesinar a los generales Francisco Serrano y Arnulfo R. Gómez quienes intentaban buscar la candidatura a la presidencia de la república que ya estaba apartada para que Obregón se reeligiera, violando el principio de NO REELECCIÓN.
Resulta que el héroe Obregón había modificado la Constitución para reelegirse y eso le costó la vida. Murió asesinado en un restaurante.
El héroe Cárdenas mandó detener al héroe Calles y lo expulsó del país.
Curiosamente la revolución y el baño de sangre que Don Porfirio Díaz quiso evitar al presentar a tiempo su renuncia se prolongó durante 25 años más, debido a las ambiciones de quienes se consideraban a sí mismos como los salvadores de la Patria, cuando lo que realmente les interesaba era el poder.
La historia oficial convenientemente manipulada, ha construido una narrativa favorable a la llamada revolución mexicana y queriendo quedar bien con todas las facciones, convirtió en héroes a casi todos los involucrados, incluso a los que fueron enemigos y asesinos desalmados que causaron destrucción, sufrimiento, muerte, hambre y escasez.
En el México de 1910 había 15 millones de habitantes. Después de varios años de lucha quedaban solamente 14 millones. Se calcula que en ese lapso un millón de personas murieron o huyeron del país para salvar su vida.
Si bien la revolución trajo cambios en materia social, la realidad es que el precio que México debió pagar por los daños colaterales que causó el conflicto fue altísimo. Perdimos infraestructura, cultivos, cosechas, empleos y vidas humanas. La economía del país se colapsó y apareció el flagelo del hambre entre la población.
Para reclutar combatientes que reemplazaran a los muertos, heridos o desertores, las partes en conflicto recurrieron al inhumano sistema de leva, que obligaba a mexicanos a ir a pelear contra su voluntad en contra de otros compatriotas.
Conclusión: La violencia, las ambiciones y el divisionismo jamás serán el camino para resolver nuestros problemas.
Tomemos esto muy en cuenta por favor, para que esa triste parte de nuestra historia no se repita jamás.
¿No les parece a Ustedes?
Muchas gracias y buen fin de semana.