Veracruz | 2023-01-10
La visita del secretario de Gobernación Adán Augusto López al puerto de Veracruz ha creado un clima de tensión singular en el Palacio de Gobierno, quienes no pueden ocultar que se hayan inclinado desde hace tiempo por la jefa del gobierno capitalino Claudia Sheinbaum y ese oportunismo político es siempre sancionado.
Por más atenciones que reciba el tabasqueño consentido de AMLO su reunión con el gobernador Cuitláhuac García en el café de La Parroquia para aparentar que existe una buena relación, en el fondo y en la forma se equivocaron de candidato presidencial y era natural por la novatez que poseen en estos complejos quehaceres de los inquilinos del poder del gobierno veracruzano.
Es la política un oficio que se aprende desde abajo y se formaliza con la creación de un buen equipo de trabajo, pero cuando se carece de esas bases primordiales se cometen estos errores indefendibles y por lo general se hace el ridículo. Para los opositores a Morena van a aprovechar la visita del funcionario más importante del Gobierno Federal para volver a exhibir al gobernante.
El acompañante más cercano Adán Augusto será el diputado federal Sergio Gutiérrez considerado como el mayor enemigo para los planes sucesorios de la gubernatura veracruzana y no les queda de otra más que aceptarlo y reconocer que tiene las mayores posibilidades ante el rechazo presidencial de cambiar la constitución para beneficio exclusivo de una persona.
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Pocos saben porque el nombre de peso a la moneda mexicana, durante todo el tiempo se usaban como único material de compra y cambio la que se usaba en España, hasta que se autorizó que se hicieran monedas de plata que deberían de tener un peso convenido, es decir lo que se pesaban eran los gramos de plata y deberían de pesar lo mismo que se había aceptado para el uso monetario en México.
Desde aquel entonces se bautizó aquellas monedas como el peso mexicano.
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Se trata del prólogo de un libro de caricaturas “La historia (oficial) me absolverá” que nadie debe perdérselo por lo que entraña en la evolución del periodismo. “La irreverencia como una forma de revolución” escrito por la revelación periodística de Zaira Rosas.
La caricatura puede tener diversos matices, en la mayoría de ocasiones es irreverente, busca desafiar ideologías, las cuestiona e incluso las satiriza para que así el lector tenga una reflexión profunda y un análisis personal que en su momento ha hecho que una persona reconsidere los preceptos de su actuar.
Los autores de este libro el monero de Eduardo del Río, mejor conocido como Rius y el caricaturista Arturo Kemchs para elaborar este catálogo donde la figura principal es el creador de la revolución cubana Fidel Castro.
Rius tenía la firme convicción de que los cartones pueden ser los artífices del cambio en una sociedad; en cambio Kemchs invita de manera constante al cuestionamiento y el análisis, por ello, no es casualidad que en este trabajo se hayan aliado para compartir con más personas el talento de caricaturistas de todo el mundo, quienes a través de su creatividad dan a conocer como alrededor del globo terrestre se ha visto un pequeño punto del mismo.
En el fondo es una abierta censura al absurdo bloqueo de los yanquis al pueblo de Cuba. Ernesto Guevara (a) El Che llamó lo más revolucionario del mundo: la verdad.