MÉXICO DEFORESTADO

MÉXICO DEFORESTADO

Veracruz - Boca del Río | 2023-07-22

La pobreza, los monocultivos, la ganadería, los megaproyectos y los brutales recortes de presupuesto del Estado deforestan México.

Con más del 70 por ciento de su territorio (138,7 millones de hectáreas) cubierto por algún tipo de vegetación forestal, según datos de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), México es uno de los 12 países “megadiversos” que albergan el 70 por ciento de la flora y fauna del planeta.

En 20 años, México ha perdido 736 mil hectáreas de bosques primarios, lo suficiente para cubrir casi cinco veces su capital, Ciudad de México, confirman datos de la plataforma de monitoreo satelital Global Forest Watch (GFW). Y esto es solo algo más del 15 por ciento del total de cobertura forestal perdida, unos 4,7 millones de hectáreas.

Al perder bosques, perdemos flujos de agua y, con ellos, la capacidad regulatoria del planeta para mantener la temperatura a un nivel más o menos constante en un país que ya vive impresionantes olas de calor y lluvias torrenciales extremas.

De todo el país, la zona más afectada es la península de Yucatán, en el sur, con un suelo kárstico muy delgado y poroso, junto a Chiapas, Quintana Roo, Yucatán y Veracruz.

Entre las causas fundamentales se encuentran los procesos de degradación por la tala ilegal para obtener madera o leña, (el 70 por ciento de la madera que se comercializa en el país proviene de la tala ilegal), la falta de posibilidades de producir y comerciar productos de alto valor agregado y  la agricultura de monocultivo, con agroquímicos y técnicas de “roza, tumba y quema” para el cambio de uso de suelo, así como los ciclos de incendios forestales involuntarios reforzados por el cambio climático (el 97 por ciento de los incendios forestales mexicanos se origina por actividad humana, especialmente por actividad agropecuaria, y solo el 3 por ciento por sequías o tormentas eléctricas).

Otra de las causas es la ganadería el 50 por ciento del territorio nacional se usa para producir alimentos para el ganado, y esto incluye prácticas de deforestación para la siembra ilegal de soya y maíz transgénicos.

Por si fuera poco, también están los megaproyectos estatales como el Tren Maya, que están dividiendo un corredor biológico importante que conecta México con América Central y afecta fauna de gran tamaño en peligro de extinción como los jaguares. Además, se están deforestando masas forestales naturales preservadas para sembrar árboles frutales, según datos de World Resources Institute (WRI) “Sembrando Vida” ha causado una pérdida de cobertura forestal superior a las 70 mil hectáreas.

A todo esto, se suman los recortes de presupuesto que la administración actual ha impuesto a agencias federales como CONAFOR y la Comisión Nacional de Áreas Nacionales Protegidas (CONANP), así como a las instituciones de investigación relacionadas con la vigilancia ambiental.

Ante este este panorama desolador, se tiene que exigir al Gobierno, un cambio estructural y políticas claras contra la deforestación, que incluyan la ejecución adecuada de leyes ya existentes y, sobre todo, la participación de las comunidades y la sociedad civil.

#CambiaUnaAcciónCambiaTodo.

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