Los fondos del Fonden…

Veracruz | 2021-08-31 | Marco Antonio Medina

Es una falacia lo que dice la oposición respecto a que no hay fondos para hacer frente a los trastornos que dejó el huracán Grace a su paso por territorio veracruzano. Arguyen esto por la desaparición del FONDEN, como si éste último hubiera tenido los fondos necesarios para ello. En su momento, en el informe sobre la desaparición de este fondo y de otros fideicomisos, el entonces secretario de Hacienda, Arturo Herrera, informó que el FONDEN, más que recursos, tenía deudas, por 13 mil millones de pesos, acumulados a lo largo de una historia de corrupciones.

La derecha oposicionista se ha desgañitado en cada foro que tiene a la mano para decir que si había corrupción en éste y otros fideicomisos deberían ir contra los corruptos, pero no desaparecerlos, como si la panacea para resolver los problemas en México fuera la creación de fideicomisos a modo, frente a cualquier situación.

En efecto, la moda imperante en décadas pasadas, para atender o medio atender asuntos específicos de diversos sectores y diversas problemáticas en el país, fue la creación de fideicomisos. Como en la vieja práctica que decía, que para asegurarse que no se resolviera un asunto habría que conformar una comisión, de igual manera, pareciera que la costumbre en el régimen neoliberal fue “atiéndase, pero no se resuelva, hágase un fideicomiso”, para lo cual se generalizó la costumbre de la apertura indiscriminada de cuentas fideicomitidas y administradas por una burocracia adicional.

Pero no fue sólo duplicar funciones del gobierno federal para atender asuntos específicos que este mismo gobierno debía de atender. Sino que los fideicomisos se convirtieron en la caja chica de los gobiernos en turno, lo que llevaba además a la máxima de corrupción en todos ellos, repetido innumerables veces: “no me den, sólo pónganme donde haya”.

En el caso del FONDEN había empresas que se convertían en proveedores asiduos y únicos de colchonetas, agua potable, despensas y láminas, sin licitación de por medio, bajo el amparo de la ley en la materia, que admite no llevar a cabo licitaciones ante compras de emergencia.  Cabe señalar que estos bienes y artículos necesarios para la población llegaban siempre con déficit a sus destinatarios, pues una vez que pasaban por los gobiernos municipales y estatales, sufrían un nuevo “moche”, para beneplácito de los gobernantes locales.

La atención a los damnificados por siniestros ahora será de manera diferente. En primer lugar, los recursos destinados a ellos serán determinados por la Unidad de Política y Control Presupuestario de la Secretaría de Hacienda, ya no por el FONDEN, el cual se extinguió completamente.

En segundo lugar, los fondos necesarios para hacer frente a las contingencias serán suministrados por el mismo presupuesto de egresos de la Federación, sin pasar por ningún fideicomiso. Y en tercer lugar, los víveres y suministros necesarios para la población serán entregados por la Marina y el Ejército, ya no por los gobiernos, los que colaborarán para definir estrategias de entrega y lugares de atención, pero no para entregarlos directamente.

Esto ya se está haciendo en Veracruz. Después de atender lo prioritario, que era prevenir a la población, resguardar la integridad de las personas, instalar los albergues y proporcionar lo básico a poblaciones que están en la peor situación, se está llevando a cabo un censo para un registro pormenorizado de los daños. Así se estará en posibilidades de suministrar lo necesario a la gente.

Esta es la manera como se está generando una nueva práctica de atención a la población en situaciones de emergencia. Así, se evita la corrupción y el despilfarro. Y se atiende de manera más eficiente y en mayor cuantía a las comunidades que lo necesiten. En la evaluación final, los resultados hablarán.

marco.a.medinaperez@gmail.com

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