Veracruz | 2021-04-10 | Rodolfo Reus
Año 2021: Hoy es la época en la que hay redes sociales e internet, por lo que nos enteramos en tiempo real de casi todo lo que hacen nuestros gobernantes.
“Benditas redes sociales”, decía López Obrador como candidato presidencial, pero ya como presidente, al mismo Andrés Manuel ya no le gustan las redes sociales, las odia, ya no son benditas y las acusa de corruptas y neoliberales, pero esto está sucediendo desde el primero de diciembre de 2018 y así fue:
Destrucción de una institución de honor como lo fue el Estado Mayor Presidencial, fuerza militar de apoyo y última línea de defensa del presidente de México en caso de un problema incontrolable, en que algún invasor interno o externo intente someter al presidente, simplemente ese invasor interno es la delincuencia organizada, un peligro inminente para el Estado Mexicano.
Incluso el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de México se ha rendido por una distorsión sociológica de que el pueblo es bueno y noble de origen, y el pueblo malo, que son miles, son víctimas de las circunstancias, a todo esto sumaré a las madres trabajadoras, a las que les quitó las guarderías, los miles trabajadores de Texcoco, a quienes dejó sin empleo por la cancelación del aeropuerto, los miles de millones de pesos tirados a la basura por esa cancelación incomprensible.
Los enfermos de cáncer y de diabetes B a los que suspendió sus tratamientos, los empresarios a los que se les insulta a diario, el ataque a jueces, la contra reforma energética y contaminante, el no escuchar al movimiento feminista, ese que da la cara y no esconde el rostro, el personal médico sin protección y sin insumos para trabajar, las madres solteras también sin guarderías para dejar a sus hijos mientras gestionan su sustento diario.
La ignorancia del perdón de España, los casi 400 mil mexicanos que perdieron su trabajo en el 2019, y los casi seis millones que lo han perdido hasta el mes de diciembre del 2020, el nulo apoyo de un salario solidario de la mano de los empresarios para que no se perdieran empleos.
El ataque sistemático al INE, las mujeres golpeadas y sin refugios donde poder vivir, los miles de personas que se quedaron sin trabajo por la cancelación de la cervecera en Baja California, el fraude a la ley por el nombramiento de Rosario Piedra Ibarra en la CNDH, los nuevos partidos políticos paleros, los ataques diarios al federalismo constitucional, desprecio a cumplir y hacer cumplir la Constitución.
Adjudicación directa de obra pública que se traduce en corrupción rampante, gobernadores, diputados y senadores sin honor, sumisos al ejecutivo federal, los insultos casi a diario a los periodistas serios que señalan los errores del gobierno, los ataques sistemáticos de odio al dividir a México en ricos y pobres.
Dos Bocas, el aeropuerto Felipe Ángeles, el Tren Maya, estos tres macro errores que cargará como expresidente, educación de tercer mundo diseñada para un México de pobres, inflación que se hace presente de nuevo, despido sistemático de funcionarios públicos, nulo respeto de la decisión de poderes.
Cancelación de apoyos a investigadores y científicos en universidades privadas y públicas, las mentiras como política de estado y no como instrumento ocasional de la política y puedo seguir escribiendo, pero falta espacio.
Tan fuera de la realidad está Andrés Manuel López Obrador que ponen al subsecretario de salud, también López, a declarar sin sustento científico, en el pico de la pandemia del Covid 19, toda clase de mensajes irresponsables, la consecuencia es que hoy van casi 350 mil fallecidos por un irresponsable manejo de la pandemia, datos oficiales por el factor 2.5 extraordinario reconocido por el gobierno federal.
Después de seis años de crisis económica, porque ya no habrá rectificación de rumbo; el presidente López Obrador, que no escucha consejos, como no los escuchaba López Portillo, habrá hecho a la sociedad mexicana más igualitaria, porque “los mexicanos serán más iguales en la pobreza al final del sexenio”, así fue en 1982 y así será en el 2024, por lo que resulta lamentable que miles de mexicanos aún caigan en la trampa de la igualdad socialista, una igualdad en la que a la larga, todos los individuos son igualmente pobres, excepto los populistas que se encuentran en la cúpula del poder.
Por lo pronto, mientras usted lee esta columna, José Ramón López Beltrán vacaciona en un resort de Aspen, Colorado, con su familia, compuesta por su esposa, hijo, hija y un asistente personal, un destino que es un referente de lujo por sus exclusivos restaurantes y tiendas de moda, igual lo hacía José Ramón López Romano cuando su papá era presidente de México, la película es la misma, solo cambian los actores. Al tiempo.