| 2022-09-09
Hace 3500 años los hebreos salieron de Egipto donde habían estado cautivos por casi 4 siglos guiados por Moisés hacia la Tierra Prometida donde hoy es Israel.
Dios les concedió así la ansiada libertad y por fin el sufrimiento de la esclavitud terminó.
Del mismo modo en distintas épocas y lugares las cautividades de los pueblos han concluído cuando próceres como Hidalgo, Lincoln, Gandhi, Martí, Sucre, Bolívar, Mandela y muchos mas fueron usados por El Señor para liberar a sus compatriotas.
¡Ni idea tenemos de lo terrible que ha de ser la esclavitud! Por dicha hemos nacido en un país libre pero otros no tuvieron ése privilegio y sus vidas transcurrieron entre azotes, vejaciones, torturas, asesinatos y lágrimas sin fin!
Sus pieles, de las cuales no tenían la culpa de que fueran más obscuras que las de sus opresores, tenían cicatrices muy profundas no sólo por los látigos y suplicios sino por las humillaciones sufridas horas tras horas.
Así nacieron, así vivieron y así murieron ellos, sus hijos y nietos también hasta que por fin, como un Bálsamo Divino, la anhelada libertad les llegó.
Pero existe otra esclavitud infinitamente peor que la social y política de la cual no hubo ningún héroe nacional que pudiera librar y ésa, mi amable lector, es la esclavitud del pecado.
Aunque Moisés, Hidalgo y demás caudillos libertaron a sus pueblos, ellos siguieron cautivos del pecado y aunque les alcanzaron la libertad política murieron esclavizados por éste mal que inclusive aquellos que siempre vivieron libres tienen y si dije que ésta esclavitud es peor es porque aquella terminaba con la muerte del esclavo pero la esclavitud del pecado continúa más allá de la tumba y conduce a sus reos a la condenación eterna en El Lago de Fuego y Azufre (Apocalipsis 21:8)
Bienaventuradamente hace 2000 años Nació en Belem Alguien que vendría a ser El Libertador Divino para romper las cadenas de pecado en que toda la Humanidad estaba cautiva: El Señor JESUCRISTO.
Fue tanto El Amor que Dios tuvo y tiene hacia el hombre pecador que por ello envió a Su Unico Hijo a libertarnos.
Solo que ésa Libertad fue alcanzada teniendo que pagar un Precio sumamente alto: La Muerte de ése Sagrado Libertador Quien así, al morir en la cruz, logró alcanzarnos La Libertad gloriosa que en ésta vida y más allá de la tumba gozaremos perpetuamente.
El dijo así: “El que practica el pecado es esclavo del pecado pero si Yo lo liberto será verdaderamente libre” (Juan 8:34-36)
¡Cuántas veces quisimos romper nuestras cadenas de borracheras, drogas, sexo y otras que se habían enredado en nosotros y lo único que conseguimos fue que más y más nos atraparan!
Sólo cuando vinimos a El en humilde súplica de Auxilio nos salvó rompiéndolas y abriendo así nuestras celdas que nos ataban a la infelicidad, a la muerte y a la condenación eterna.
El dijo así: “Conocerán La Verdad y La Verdad los hará libres” (Juan 8:32).
¡Así es, mi amigo y amiga: libres del pecado, libres del diablo y libres de la muerte!
Si verdaderamente está cansado de sus cadenas y prisiones de pecado y vicios cariñosa pero urgentemente lo invito a que venga hoy mismo, sin demorar un instante, al Señor JESUCRISTO y comprobará en su propia vida, sin que nadie se lo cuente, que usted verdadera y eternamente será hecho libre para felicidad suya, de sus seres amado pero sobre todo para la gloria de Dios.
Así éste 16 de Septiembre y cada día de su vida festejará la Libertad de México y sobre todo la suya propia que El Señor le habrá concedido.
Gustosamente lo atenderé en el 921-268-4419 o pastorsedas@hotmail.com
¡Que Dios lo bendiga mucho!