Veracruz | 2020-08-16 | Agustín Gálvez
Estos tiempos han sido muy difíciles, aunque no para todos en la misma magnitud, muchos, sin embargo, con alegría hay algo que me dijo con mucha certeza mi esposa, cosechas lo que has sembrado, hay ocasiones en que sientes que todo está mejorando y que por fin lograras levantarte poco a poco de este descalabro que hemos sufrido todos, refiriéndonos a la economía dañada por este confinamiento, he visto muchos negocios en derredor de mi área de trabajo, cerrar sus puertas por qué no han logrado aguantar este embate en su economía, por consecuencia tanto patrones como empleados se han visto técnicamente en la calle y desamparados, pero con toda la buena actitud de poder buscar alternativas para poder subsanar sus problemas.
Platicaba con un taxista, como su esposa tenía que andar vendiendo comida, chiles rellenos, tamales, etc., para poder apoyarse, y así como ellos muchos más buscando alternativas, de cómo salir adelante, otros buscando otras alternativas, generalmente sobre las ventas, para poder sobrevivir, pero tristemente, veo a muchas personas que hasta se molestan por ver a otros tratar de seguir adelante, se enojas por que les ofrecen sus ventas y hasta los critican, sin ponernos a pensar que no todos tenemos las mismas oportunidades o la misma suerte como algunos podrían pensar, pero en mi opinión, la única forma de poder sobrevivir, es apoyarnos los unos a los otros, en especial los que tienen mejores oportunidades en su economía, aunque con frecuencia veo que los que mas apoyan son los que tienen poco, ellos apoyan a los que menos tienen.
También escuché a algunos decir, como yo si tengo dinero puedo cerrar mi negocio por un mes y nada pasara, pero esto ha ido mucho mas allá de un mes, y han tenido que buscar la forma de reactivarse en sus actividades, incluso hubo alguien que dijo, yo por eso he ahorrado en los tiempos buenos, para cuando lleguen los tiempos malos poder solventarlos, muchos lo han podido soportar, pero para otros, hasta los ahorros para tiempos difíciles se han venido acabando, y todo esto viéndolo para los que de una forma u otra tenemos una vida normal, pero hay muchos que dentro de sus familias, aparte de los gastos tradicionales de toda familia, tienen personas con su salud deteriorada de antemano, o personas de características especiales que a pesar del confinamiento, de los ahorros y de todo lo que podamos referenciar, siguen necesitando satisfacer sus necesidades especiales, como lo son medicamentos, pañales, equipos auxiliares en sus salud y todo esto ha venid escaseando por un lado y mermando con mayor rapidez los recursos económicos de las familias, por ello la necesidad de ser solidarios y empáticos.
A mí y a mi familia siempre nos ha gustado ser solidarios y apoyar a los más necesitados, siempre expresando en decir, existe mayor felicidad en dar que en recibir, sin embargo me enfrente a una situación extraordinaria en que me veía obligado a tomar alguna acción para poder recuperarme, pero felizmente puedo decir, que vi como varias personas, mis alumnos y familiares, preocuparse por aquello que me acontecía, pero no solo se preocuparon, se ocuparon en ser solidarios y empático, haciendo un gran acto de apoyo, que aunque por un momento me sentí apenado, pero uno de ellos me dijo textualmente, estas son las acciones que valen la pena y realizarlas en el momento adecuado, por ello quiero apoyarlo maestro, otros de mis familiares me dijo, es muy poco lo que puedo hacer por ti, pero déjame hacerlo, porque para eso somos familia, eres mi hermano y quiero apoyarte y otro de mis alumnos, quien desde que comenzó esta pandemia me ha estado brindando su apoyo constante, se preocupo también y vio la manera de poner su granito de arena, otros más, se han ofrecido a brindarme su economía en pos de mi situación, incluso personas que jamás lo pensé, me decían, no tengo mucho, pero te puedo prestar si lo quieres, he sentido entonces el apoyo de mis hermanos, que me han dado una gran lección, una enseñanza de vida y como dijo mi esposa, lo que siembras cosechas, por lo que solo puedo decirle a todos mis hermanos MIL GRACIAS, por que cuando me vieron caer, corrieron a levantarme, es entonces cuando digo, cual grande es nuestra aportación, cuando la otorgamos, por que cuando la recibimos lo podemos experimentar en carne propia. De nuevo, Mil gracias a todos, porque una palabra de aliento, una palmada en el hombro y la ayuda solvente hacen mucho bien y alimentan el corazón, el alma y el espíritu, sigamos cuidando los unos de los otros para que juntos podamos resurgir. A mis héroes anónimos gracias.
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