Veracruz | 2020-08-09 | Agustín Gálvez
En espera del semáforo verde para poder regresar a clases, se que muchas de las personas que entrenaban en cualquier gimnasio o escuelas de artes marciales es su postura, mientras tanto han dejado de asistir a clases, que se están impartiendo o transmitiendo de manera remota, en algunos casos, lo triste es que muchos adoptaron la postura, de que no tiene caso estar pagando una mensualidad por clases a distancia, ya que el esfuerzo no vale la pena, no tiene caso pagar por clases virtuales, en donde creen que la expresión virtual, se refiere a algo irreal o inexistente en sí mismo como tal, sin embargo, en un sentido estricto, virtual se refiere a aquello que tiene virtud para producir un efecto, en donde virtud hace referencia a una cualidad positiva que permite producir un resultado o efecto, el cual puede estar relacionado con la fuerza, el valor, la eficacia, la integridad, etc., una virtud entonces es una cualidad estable de las personas, por ello, las llamadas clases virtuales, deberían de tener un doble valor, por las limitaciones que se tiene que vencer para lograr alcanzar el objetivo en la enseñanza, sin embargo, como mencione, algunos padres de familia o practicantes prefieren no conectarse a las clases “virtuales” y así evitar adquirir un compromiso que les conlleve a cubrir una mensualidad, que por el momento prefieren ahorrarse, total, ya cuando estemos de vuelta en las clases presenciales, podrán reincorporarse y ponerse al corriente de su aprendizaje en las nuevas medidas de entrenamiento.
Nunca antes habíamos vivido una situación similar, ni siquiera veíamos la posibilidad que algo así pudiera pasarnos, pero ¿y si de hoy en adelante esta será la nueva normalidad? ¿Qué les estaremos enseñando a nuestros hijos? ¿acaso no somos nosotros los que tenemos que adaptarnos a estos cambios que nos está tocando vivir? ¿Por qué aferrarnos a la vida que habíamos aprendido a tener, en vez de adaptarnos a este nuevo ciclo de vida? Que es lo que queremos enseñarle a nuestros hijos, adaptarse o morir, alguna vez escuche esta frase, muy acorde a nuestros tiempos, como padres de familia y como entrenadores, el compromiso es proveerlos de nuevas herramientas que los hagan capaces de enfrentar esta nueva realidad, no se trata de estancarnos, sino de buscar las soluciones o nuevas opciones que nos permitan seguir adelante, si como padres de familia, solo pensamos en lo que nos podemos ahorrar si dejamos de tomar la clase “virtual” como estamos dotando de recursos que ayuden a nuestros hijos a salir avante en esta nueva realidad o enseñamos a nuestros hijos que si algo te incomoda mejor huye de ello o es mejor decir, si algo te incomoda cámbialo o cambia tu con ello, el compromiso es poder adaptarnos y sacar lo mejor posible de todo esto que estamos viviendo, vivir con este confinamiento no es una decisión que podamos tomar, es algo que tenemos que asumir responsablemente, quizás no séalo mismo poder tomar las clases a distancia, pero esto es mucho mejor que no hacer nada, quedarse gran parte del día, en los videojuegos, viendo la tele por horas o mal gastando el tiempo en ocio, es decir sin hacer nada de provecho, esto es lo que estamos enfrentando hoy, depende de nosotros mismos como lo podamos tomar y vivir, recuerda que en la forma que tu mismo lo asumas, es la enseñanza que le estas transmitiendo a tus hijos, nosotros mismos hemos tenido que aprender nuevas tecnologías para adaptarnos a esta nueva normalidad, en lo personal, en un principio me costaba mucho trabajo aceptar que ahora tenía que dar mis ”clases virtuales”, pero hoy ya lo puedo hacer con más gusto y provecho que antes, aunque muy pocos alumnos son los que perseveraron en ello, son mi motivo para seguirme esforzando, algunos se han alejado, pero otros nuevos han llegado y aunque pocos, entrenamos con mucha armonía y gusto, algunos brindan su apoyo económico siendo solidarios conmigo como su entrenador, a ellos por siempre estaré profundamente agradecido por esa empatía a mi persona, el dinero algún va y viene y se puede pagar o recuperar, pero el favor recibido, es algo que no tiene precio, pero si tiene mucho valor, mi mejor deseo, es que no esperen a que todo regrese a ser como antes, si así fuera, que bien, aunque yo desearía que todo regresara a ser mucho mejor que antes, pero si no, deseo que todos mis alumnos pudieran regresar y experimentar esta nueva normalidad, a entrenar y esforzarse a seguirnos preparando, yo en lo personal me siento muy bien porque sigo ejercitándome y brindando lo mejor de mi tiempo y mi enseñanza al servicio de los demás.
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