La muerte nos acecha

Veracruz | 2020-06-11 | Cecilio García Cruz

La muerte nos acecha en pleno desastre nacional debido a que la pandemia está en su máximo nivel de intensidad, suscitando una severa crisis económica y un escenario devastador para el empleo.

12.5 millones de trabajadores perdieron su ingreso en abril, situación laboral desastrosa.

En opinión de López Obrador no solo se recuperarán los empleos, sino que se crearán otros 2 millones este año. Con las obras del gobierno, México se recuperará a partir de julio, según el tabasqueño.

Mientras, el Covid-19 está en su fase más resistente. Envenena todo con su aliento e infecta cuanto toca. Hace temer la presencia de algún demonio pervertido.

Se puede perpetuar. Su presencia es de “riesgo mortal”.

El ser humano vive en la contingencia absoluta, en la gratuidad irremediable del existir.

Pareciera que experimentamos las supuestas predicciones del físico y adivino francés NOSTRADAMUS, en relación al fin del mundo en 2020.

¿Se termina el tiempo de vida?

¿La presencia del virus es un mensaje subliminal para el planeta?

NOSTRADAMUS publicó en 1555 su obra “Las Profecías” donde plasmó acontecimientos que pasarían años e incluso siglos después de su existencia.

Algunos creyentes de esas profecías vinculan pasajes de su libro con hechos actuales como los incendios en Australia, el coronavirus y las manifestaciones en Estados Unidos, entre otros.

¿Trump fallecerá?

Para NOSTRADAMUS el “hombre más importante de América morirá”; si bien no se sabe cómo, ni quién es, se interpreta que el protagonista de esta profecía es el obcecado, absolutista y egocéntrico Donald Trump, el presidente del país más poderoso del mundo.

Por cierto, Trump, enfrenta un escenario político adverso en sus deseos de reelegirse. Estados Unidos padece una crisis de salud, de desempleo y una revuelta social sin precedentes por el brutal asesinato del afroamericano George Floyd, que ha exacerbado las protestas masivas y los actos vandálicos por el odio y crímenes contra la población negra.

Los yerros que se cometen en política, se pagan inexorablemente en las urnas.

En tanto, la pandemia tiene al ser humano aterrado.

Las estadísticas oficiales por defunciones están maquilladas. Los del poder registran más de 14 mil. Las cifras reales son mayores a las que ofrece López-Gatell, quien posee escenarios mayúsculos de víctimas fatales.

El Massachusetts Institute of Technology (de reconocido prestigio mundial) tiene otros datos. Recientemente publicó una gráfica comparativa de expectativas de muerte en América del Norte.

La investigación arrojó que los decesos crecerán en nuestro país en forma excesiva del 1 de junio al 1 de septiembre. En tres meses habrá 132 mil pérdidas humanas.

Pero el presidente López Obrador no le teme ni al mismísimo diablo; el Covid-19 le “viene como anillo al dedo” para continuar con prolongadas giras de trabajo y

activar sus proyectos prioritarios.

Y lo hace sin cubrebocas (como Trump y Bolsonaro) porque su receta para evitar el contagio es no mentir, no robar, no traicionar.

En México y Estados Unidos se empieza a generar una creciente insatisfacción social, que podría derivar en el fracaso político de sus dirigentes.

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