Veracruz | 2020-03-06 | Marco Antonio Medina Pérez
El presidente Andrés Manuel ha encabezado muchos movimientos y sabe de la dinámica y formas de lucha diversas que cada uno lleva a cabo. Tomemos por ejemplo el caso del movimiento magisterial.
Muchos apostaban a que, entrando el nuevo gobierno, AMLO tendría un acuerdo muy rápido con los maestros de México, habida cuenta la identificación en los propósitos de echar abajo la reforma educativa de Peña Nieto.
Pero no fue así, los profesores de la CNTE siguieron manejando su movimiento con los ritmos y tiempos que le eran adecuados y fue prácticamente un año después que se logró un acuerdo.
El movimiento social y político que ha encabezado el presidente ha sido solidario con prácticamente todos los movimientos reivindicativos del país, pero ha sido muy respetuoso del liderazgo, el programa de acción, las tácticas de lucha y los tiempos de maduración de los mismos. Ahora en la presidencia de la República, AMLO sigue en la misma línea.
MORENA, el partido del presidente, nació con vocación feminista. Como movimiento y después como partido político, antes de que se volviera práctica común, la paridad de género está inscrita en sus estatutos. Se ha dado un gran impulso a la organización y educación política de las mujeres por las mujeres mismas.
En el programa de MORENA existe una reivindicación de los derechos de la mujer muy amplia. Y las morenistas han estado presente en todas las comunidades del país impulsando estos derechos y haciéndolos cumplir, contra toda la discriminación y violencia que se ejerce contra las mujeres en todos los ámbitos de la vida social, económica y política.
El presidente, por su parte, fue el primer gobernante local, en la ciudad de México, en aplicar la paridad de género en los puestos de primera magnitud. Las mujeres en el gabinete actual también conforman una línea de primer nivel en la integración de las responsabilidades nacionales.
Los programas sociales y, en general, la política pública que impulsó Andrés Manuel tanto en el entonces Distrito Federal como ahora en la presidencia de la República han tenido como prioridad la restitución de derechos y la puesta en marcha de otros para alcanzar la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres y favorecer la equidad en un entorno de desigualdades históricas.
El programa de transformaciones de la 4T ha puesto el piso de la igualdad social que favorecerá con mucho la disminución de todo tipo de violencia y, en particular, de la que se ejerce contra las mujeres. Pero en consideración de distintos movimientos feministas de nuestro país esto no es suficiente.
El movimiento feminista, como todo movimiento social, es plural. Muchas mujeres del gabinete actual, senadoras, diputadas y activistas de MORENA han sido luchadoras feministas y continúan en la reivindicación de las demandas justas de ese movimiento.
E igual que ellas, otras muchas mujeres participan en otros partidos políticos o son apartidistas. Por ello se manifiestan diversas facetas de la lucha y múltiples expresiones. Existen también tácticas comunes y otras divergentes.
Pero también están presentes los oportunistas de siempre, los opositores al profundo cambio que estamos viviendo están tratando de utilizar en su beneficio los propósitos de este movimiento.
Para mal, porque se comportan como vividores de algo que ellos no han encabezado y en muchos puntos se han opuesto a sus reivindicaciones, por ejemplo, la que han hecho las feministas de disponer libremente de su propio cuerpo y su derecho al aborto.
Por mucho tiempo además dejaron sin enfrentar la demanda de perseguir y castigar los crímenes de odio hacia las mujeres desde la época de las asesinadas en Juárez.
Todo movimiento social es diverso y siempre contará con estos oportunistas. Sin embargo, la raigambre del movimiento feminista es de tal profundidad que seguramente saldrá airoso con sus demandas y definirá un rumbo muy importante para la actual etapa de transformaciones que estamos viviendo vertiginosamente en el país.
marco.a.medinaperez@gmail.com