Veracruz | 2022-02-23 | Luis Alberto Romero
El trabajo de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) en Veracruz convierte a quienes se encuentran al frente de la dependencia en “presa fácil”, blanco del golpeteo, las intrigas y la envidia de muchos.
Los más de 2 mil millones de pesos que este año ejerce el Gobierno Federal, a través de la SICT, son, por decirlo de alguna manera, “plato apetitoso” para quienes ven en el servicio público una forma fácil de ganar dinero.
Desde su campaña a la Presidencia, López Obrador dijo que a Veracruz le iría bien en los próximos seis años y esa, al parecer, ha sido la instrucción girada al titular de la dependencia federal Jorge Arganis Díaz Leal, funcionario con raíces familiares en la zona centro la entidad.
La primera encomienda del secretario al director del Centro Estatal de la SICT, Ramón Álvarez Fontán, fue destrabar el conflicto en el ejido “Paso Largo”, municipio de Martínez de la Torre, que tuvo detenida por dos años con nueves meses la construcción de la autopista que a partir de mediados de enero se abrió a la circulación en los tramos que van del entronque de Laguna Verde a Totomoxtle, y que comprenden poco más de 124 kilómetros.
Los ejidatarios argumentaron que la autopista inundaría sus tierras. Se hizo el planteamiento de colocar más puentes para liberar las corrientes de las aguas en época de lluvias; y finalmente, junto con la Secretaría de Gobernación y varias dependencias más, el director de la SICT en la entidad resolvió el problema.
De acuerdo con las proyecciones de la dependencia, la autopista tendrá un aforo vehicular diario de más de tres mil 300 vehículos.
Esta autopista agiliza la circulación en un corredor carretero que va de Veracruz a Monterrey, con un ramal a Matamoros. Impulsa el desarrollo económico y turístico de Costa Esmeralda, Papantla y Tuxpan en la zona norte del estado de Veracruz; y significa un avance en movilidad, eficiencia y seguridad para el traslado de bienes y personas que transitan por esta ruta. Su construcción, desde el inicio hasta la apertura de la vía, tomó un tiempo de más de seis años, comenzó el 10 de noviembre de 2015 y concluyó en enero pasado. Representó una inversión de 4 mil 739 millones de pesos.
Este año, decía, el Gobierno Federal invierte más de dos mil millones de pesos en Veracruz: 900 millones serán para la conservación de carreteras; 108 millones, para caminos alimentadores; y para la reconstrucción de los daños causados por el huracán “Grace” se aplicarán 600 millones.
Además, se destinarán otros 600 millones de pesos a carreteras federales, como las de Ozuluama y Jáltipan, norte y sur de Veracruz.
Lo que parecen ignorar quienes se relamen el bigote al escuchar las cifras que ejerce la dependencia es que los fallos de las licitaciones se llevan a cabo vía electrónica, con el fin de dar más certeza a la asignación de contratos. Las empresas veracruzanas son beneficiadas en un 94 o 95 por ciento con esos recursos, y ya comenzaron a mover su equipo y maquinaria para que no se oxide y esté en condiciones de operar este año.
Un dato más, en 2022 se incrementó en un 43 por ciento el presupuesto en el área de conservación de carreteras.
Es un trabajo, el de la SICT, que poco a poco rinde frutos en Veracruz; y se espera que los resultados se reflejen a partir del presente año, por los millonarios recursos que se aplicarán para la conservación de las vías de comunicación.
“Trabajo mata grilla”; y en ese terreno, el trabajo en la SICT da resultados en Veracruz.
@luisromero85