La inflación sigue

Francisco J. Ávila Camberos

Veracruz | 2024-07-13

Existe un principio básico de economía que dice: “Todo aquello que no agrega valor en un proceso, simplemente agrega costo” lo cual conduce inevitablemente al aumento generalizado de los precios. A dicho fenómeno se le llama inflación.

Aunque dicen las autoridades que ésta se encuentra bajo control, la realidad las desmiente. Lo comprobamos cuando vamos al supermercado y observamos que cuando se aumenta el salario sin mejorar también la productividad, todos los precios suben automáticamente. Esto aplica para alimentos, ropa, artículos para el aseo personal y no se diga los automóviles, las herramientas y las refacciones.

Narro lo anterior porque los aumentos salariales hechos por decreto y basados en ocurrencias, conveniencias políticas e intereses electorales, no toman en cuenta la productividad de las empresas, ni su capacidad de pago. Así resultan contraproducentes. La gente gana más, pero cada vez le alcanza menos.

Hay empresas que por su solidez financiera pueden otorgar los aumentos impuestos desde las alturas de la política, pero hay una mayoría que apenas sobreviven, resultando muy complicado cubrir sus gastos elementales para no cerrar.

Esto distorsiona la economía, alimenta la inflación y tarde o temprano nos llevará a una devaluación porque nuestros productos resultarán más caros que los extranjeros y para poder competir con ellos la devaluación del peso resultará obligada. Resultará así peor el remedio que la enfermedad que pretendía curarse.

¿Será tan difícil para nuestros políticos entender que, para subir los salarios sin provocar inflación, debe mejorarse también la productividad?

Resulta justo el anhelo de los trabajadores de mejorar sus condiciones de vida. Para lograrlo deben de contar con sueldos decorosos, pero siempre aparejados al aumento de la productividad.

Ganar más produciendo exactamente lo mismo es veneno mortal para cualquier economía.

Además, cada vez que suben los salarios, aumentan las cuotas al IMSS, INFONAVIT, SAR, Impuesto a la Nómina, etc. etc.; encareciendo así el empleo formal, por lo que el informal sigue al alza; resultando competencia desleal para quienes están en la formalidad y adicionalmente provocando una menor recaudación fiscal.

Por esa misma razón resultan también nocivas las políticas públicas de regalar dinero a diestra y siniestra mediante los llamados programas sociales, porque muchas personas en edad y condiciones de trabajar, no lo hacen. Esperen la beca o los distintos apoyos que da el gobierno para subsistir sin esforzarse en hacer algo productivo, viviendo simplemente a costa de los demás.

La única excepción justificable de otorgar dichos apoyos es entregarlos solamente a quienes por su edad avanzada o discapacidades físicas o mentales necesitan de ayuda, porque no tienen familia que vea por ellos.

Hay una buena cantidad de letreros afuera de comercios, restaurantes, lavados de coches solicitando personal. Las vacantes no se cubren porque pocos quieren trabajar.

Una parte negativa de los programas sociales es que matan el espíritu de superación de las personas, porque sumando los recursos que reciben gratuitamente las familias integradas por adultos mayores, estudiantes y madres solteras logran reunir una cantidad que junto con otros ingresos le permiten irla pasando con precariedades, pero sin tener que esforzarse demasiado.

Así el país irá a la ruina, porque cada vez hay menos dinero para pagar ayudas y para mantenerlas, el país tiene que pedir prestado.

La presidenta electa ha dicho que incrementará los apoyos sociales.

En primer lugar, ya no ha de donde obtener dinero, porque todos los fondos de los fideicomisos se los gastaron, incluido el FONDEN y no es posible pedir más dinero prestado.

Decía un antiguo libro de consejos para jóvenes llamado “Lecciones de moral en verso”, escrito por Don José Rosas: Antes de cruzar el río, mide su profundidad.

Traído a la actualidad dicho consejo: Antes de pensar en gastar más, analicen por favor nuestros gobernantes de dónde van a sacar recursos para pagarlos; porque si no lo recuerdan, hay otras prioridades que no se pueden postergar más. Necesitamos mejorar la salud, la educación y la infraestructura para no rezagarnos.

¿No les parece a Ustedes?

Muchas gracias. Buen fin de semana.

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