Veracruz | 2022-03-18 | Marco A. Medina
Muchos comentaristas políticos se han quejado del tono y de algunos adjetivos “anti-diplomáticos” del presidente Andrés Manuel en su respuesta a los parlamentarios europeos. Convenientemente, ninguno de ellos repara en la falta de diplomacia, en lo altanero y prepotente del lenguaje usado en la redacción de la Resolución del Parlamento Europeo donde condenan a México sobre la situación de los periodistas y defensores de los derechos humanos.
Los parlamentarios europeos no hacen en ningún momento distinción alguna entre la violencia generada por los grupos criminales, a quienes se deben los atentados en que lamentablemente han perdido la vida los comunicadores mexicanos, y la actuación del gobierno mexicano, a quien tratan de achacar la responsabilidad principal de dichos atentados.
Se afirma, por ejemplo, en el considerando 1), poniendo en un mismo saco todo: “que un número preocupante y dramático de periodistas y defensores de los derechos humanos, en particular los que investigan casos de corrupción que implican a funcionarios públicos o exponen el trabajo de cárteles delictivos de la droga, especialmente a nivel local, son apercibidos, acosados, amenazados, violados, atacados, hechos desaparecer e incluso asesinados, y vigilados por autoridades gubernamentales o grupos delictivos…”.
Por otra parte, para equiparar al gobierno de México con los delincuentes, los parlamentarios europeos no tienen ningún empacho en señalar que AMLO ha usado con frecuencia “una retórica populista en las conferencias de prensa diarias para denigrar e intimidar a periodistas independientes, propietarios de medios de comunicación y activistas” (Considerando E). Vaya diplomacia la de estos parlamentarios al señalar al presidente de un país socio de la Unión Europea como “populista” y acusarlo de “intimidar” a comunicadores independientes.
Pero hay más. Tal parece que en el lenguaje parlamentario de los europeos México debe ser considerado en la lista negra de los países que solapan el terrorismo o, de plano, lo generan. Pues en el descuido literario que se exhibe en cada tramo de la resolución en comento, se trasluce que en México existe una situación de terrorismo. Así, en el resolutivo 2 se lee (El Parlamento Europeo transmite) “su más profunda solidaridad y empatía, así como su más sentido pésame, a todas las víctimas de los atentados terroristas y a sus familias…”. Usar un término tan ambiguo y complejo a la vez como el de ”terrorista”, además de lo que hemos dicho arriba sobre la falta de diferenciación en las causas de la violencia en México, podría implicar que para los legisladores europeos México practica el terrorismo, tanto por organizaciones criminales como por parte del Estado mexicano. ¿Estaremos a un paso de que se nos califique como un estado terrorista? El descuido en los términos usados por los parlamentarios europeos podría llevarnos a ese terreno.
De igual manera, en el resolutivo 3), en que se puede leer: “Subraya que la libertad de expresión en línea y fuera de línea, la libertad de prensa y la libertad de reunión constituyen mecanismos clave para el funcionamiento de una democracia sana”, se insinúa que no hay libertad de reunión en México, algo que no puede sostener ni siquiera un adherente de FRENA.
Asimismo, en el punto 6 el Parlamento Europeo insta, de manera injerencista, como si tuviera potestad sobre él, al Gobierno de México a que “adopte medidas concretas, rápidas y eficaces para reforzar las instituciones nacionales, estatales y locales y a que aplique un conjunto de estrategias urgentes, exhaustivas y coherentes de prevención, protección, reparación y rendición de cuentas…”.
A ese nivel llega la actitud prepotente y grosera de intervención en los asuntos de otro Estado el Parlamento Europeo, pretendiendo erigirse en gobierno mundial, como lo denunció muy bien en su réplica el gobierno mexicano. Y hay otras “minucias” de la referida Resolución que igualmente están redactadas con toda prepotencia y desaliño diplomático, como corresponde a los que estaban acostumbrados a mandar en sus colonias. Ello dio pie a los muy justificables tono y contenido de la contundente respuesta presidencial, lo que no ven los “críticos” de siempre.
marco.a.medinaperez@gmail.com