Ciudad de México | 2021-06-12 | Raúl López Gómez
Los reacomodos de la geografía política en el país con un nuevo territorio democrático nacional y en la propia ciudad de México, demuestra que el presidente Andrés Manuel López Obrador y la jefa del gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, deben de recomponer su discurso, pero de forma positiva ante la nueva geografía democrática en una ciudad dividida y polarizada.
La falta de reconocimiento al accidente de la Línea 12 de Metro y a que a pesar de que se dice de que se cumplieron con todos los estándares de calidad y certificados por cuatro empresas internacionales, son una piedra muy grande en el zapato de varios a los que les cuesta trabajo reconocer que les molesta para seguir caminando en la política.
Las alertas en Morena, son notables, cuando el presidente, por fin entró a una etapa de recomposición general del camino y en los primeros días después del seis de junio, optó como en la ortodoxia de los cánones de la política, lo piden hacer ajustes en el gabinete.
El presidente, también se reunió con los empresarios más notables del país, agudizando la ausencia de los dirigentes de los organismos rectores del sector, en una clara demostración de cierto rechazo que ha sido notable en una lucha política desenfrenada en una polarización, que por lo menos en el presente sexenio no va a terminar.
¿Pero hasta donde el presidente tiene la razón con sus posturas radicales y de ofensa en la praxis de la política ante sus adversarios? al acusar cierta incomodidad por el reacomodo en la Cámara de Diputados Federal, en donde alcanza con sus aliados una mayoría simple como loa había predicho el consultor Antonio Sola, de forma acertada.
¿Por qué, el presidente sigue responsabilizando a los medios de comunicación de los malos resultados electorales en la ciudad de México?, algo a lo que la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, renunció a comentar de forma por demás factible y lo trasladó mejor a Guatemala, su referencia del tema de la falta de apoyo a las ONG.
Existe preocupación, cuando el estadista, llama hipócritas a sus opositores, demostrando que existe un dejo de amargura, enojo y de crispación airada, que pone e reflexionar a los mexicanos.
Y, no se trata de que se le vaya a quitar el poder de forma anticipada al presidente AMLO o que se adelante una derrota electoral para su partido en el 2024, (algo difícil de suceder) sino que más bien la molestia se debe a que los partidos opositores salieron del letargo del efecto negativo de la derrota del 1 de julio del 2018, y por fin despertaron para ponerse a trabajar, y ya nada es culpa del factor Carlos Salinas.
En la realidad, en el proceso electoral intermedio, sólo se dio un no me olvides, y los resultados a la vista con el cambio en Hacienda, la reunión con empresarios y el desquite con los priistas a los que se les llamó hipócritas, cuando el origen es el mismo e inevitable, se demuestra que se entra ya a una etapa de recomposición y con algunas exigencias del gobierno de EU, en una nueva relación bilateral al gobierno mexicano.
Ahora, sólo falta que el presidente entre en esta etapa de aceptación de una nueva realidad democrática en donde los ciudadanos responden con el voto y que saben que es su mejor arma para alcanzar y lograr los pesos y contrapesos.
Tampoco, nada se dijo el alto nivel de violencia del proceso electoral y de las víctimas registradas en todos los partidos y alianzas, en donde al que más mal le fue es al Partido de Movimiento Ciudadano del veracruzano Dante Delgado, quien es proclive a los acuerdos y a sumarse, y sumirse a lo que venga.
Con el asunto de la reforma política, aquí todo el peso quedara en el senador zacatecano, Ricardo Monreal, de quien tendrá una prueba de fuego, para que se proceda con apego a la legalidad en el tema de la restructuración del INE, organismo al que se le pretende quitar filo, y el poder de decisión que tanto celebró Lorenzo Córdova, y que al parecer a los mexicanos creen en el organismo electoral que tiene alta calificación aprobatoria, a pesar de que se le vio cierto sesgo natural por el resultado de respuesta que motivó a tanto golpe desde el ejecutivo federal.
AMLO, sigue sin bajarse de la campaña que lo llevó a la presidencia el 1 de julio de 2018, y debe entender que es el presidente de todos los mexicanos, y que por lo mismo la democracia es de equilibrios en los pesos y contrapesos, aunque se enoje y se deja llevar por la emoción y pasión de la política, que ha sido gran parte de su vida. Así las cosas.