Veracruz | 2024-02-08
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) adoptó en junio de 2008, la Declaración sobre la justicia social para una globalización equitativa, convirtiéndose en la tercera declaración de principios y políticas de gran alcance adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo desde la Constitución de la OIT en 1919. Es heredera de la Declaración de Filadelfia, de 1944, y de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y su seguimiento, de 1998. La Declaración de 2008 expresa la visión contemporánea del mandato de la OIT en la era de la globalización.
Considerándose al desarrollo social y la justicia social como indispensables para la consecución y el mantenimiento de la paz y la seguridad en las naciones y entre ellas, aunque resulta imposible alcanzar estos objetivos si no hay paz y seguridad o si no se respetan todos los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Fue el 26 de noviembre de 2007, cuando la Asamblea General declara que, a partir de su sexagésimo tercer período de sesiones, el 20 de febrero de cada año se celebrará el Día Mundial de la Justicia Social. Es así como próximamente se celebrará otro día más de la justicia social y este año 2024 conmemorará la ocasión con seis actos que se celebrarán en las principales ciudades del mundo.
Ponentes de alto nivel del mundo laboral, hablarán de cómo situar la justicia social en el centro de las agendas políticas internacionales, nacionales y regionales y es que, la idea de que la promoción de la justicia social debe ser el objetivo central que guíe todas las políticas nacionales e internacionales cobra cada vez más fuerza. Esta idea ha ganado adeptos entre los defensores que argumentan que permite que las sociedades y las economías funcionen de forma más enlazada.
Lamentablemente, la persistencia de grandes injusticias, como una precariedad laboral generalizada, un alto grado de desigualdad y el desmoronamiento de los contratos sociales, impiden el pleno desarrollo y ejercicio de esta justicia. De ahí que reforzar las instituciones y las políticas que realmente promueven la justicia social debe ser una prioridad urgente.
De ahí la importancia de la justicia social, considerándola como esa igualdad de oportunidades, equidad en el acceso a los recursos y derechos humanos fundamentales: por ello la necesidad de crear un entorno donde todas las personas puedan vivir con dignidad.
No omito referirme aquí a la importancia de los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCAS), pues se enfocan en mejorar las condiciones básicas necesarias para una vida digna y libre, abordando aspectos como el acceso a la salud, la educación, la vivienda, el trabajo digno, la alimentación, la cultura y un medio ambiente sano. ¡Hablemos de justicia y derechos sociales!