Indiferencia oficial ante fuertes inversiones

Veracruz | 2021-02-09 | Arturo Reyes Isidoro

Casi al inicio de mes, el pasado 3 de febrero, tuvo lugar un hecho que considero de la mayor trascendencia para la vida económica de Veracruz, en especial del puerto jarocho: el inicio de operaciones, a través del Libramiento de Santa Fe, de la empresa Kansas City Southern de México (KCSM).

Entró en servicio una obra ferroviaria que llega en forma directa a la zona portuaria, que implicó una inversión de 1,524 millones de pesos, generará un intercambio comercial de exportación e importación con Europa por un monto aproximado de 500 millones de pesos, y, algo que no dijo la empresa involucrada, tal vez porque solo le importaba destacar el valor económico, pero que se deduce por lógica, asegura trabajo para cientos, quizá miles de veracruzanos que operan en la zona portuaria. Dándole un enfoque local, fortalece la economía regional.

La obra inició en 2014 con la compra de terrenos a 70 propietarios, y en 2019 KCSM y la Administración Portuaria Integral de Veracruz (APIVER) firmaron un convenio de colaboración para la construcción de la nueva vía de acceso.

En plena crisis económica por la pandemia, el hecho resulta, por eso, doblememente relevante.

Mi impresión es que el hecho se perdió mediáticamente. Aunque no era obra del Gobierno del Estado, pero sí estaba involucrado el Gobierno federal, era como para haber echado las campanas a vuelo, haber cacareado el huevo, haber hecho sonar las trompetas como las que se mencionan en La Biblia y haber celebrado la buena nueva.

Pero no, nadie de la administración cuitlahuista reaccionó, ni el titular del Ejecutivo ni el secretario de Gobierno (convertido en el ajonjolí de todos los moles, pues invade todas las áreas menos en la que debe estar), ni tampoco el secretario de Desarrollo Económico, Enrique Nachón (¿se enteraría de la noticia?).

Les pusieron el balón para que lo metieran en la portería, ¡era suya!, y dejaron ir el gol. Me imagino lo que hubiera hecho Fidel Herrera Beltrán, quien era especialista en sacarle jugo a hechos como el que menciono. Hubiera buscado la oportunidad de que lo invitaran a un acto inaugural (él mismo lo hubiera armado con tal de lucirse), o hubiera provocado alguna entevista con los reporteros, o de plano hubiera convocado a una conferencia de prensa para decir que una inversión así era el mejor reflejo de la confianza que despertaba su gobierno, que porque había buenas condiciones de seguridad, que porque su administración promovía las inversiones en el Estado, que porque otorgaba todas las facilidades, que porque había manos de obra de calidad en Veracruz. En fin.

Pero no se hubiera quedado solo en eso. Hubiera ordenado mover mediáticamente el hecho, con su respectivo costo, claro está, pues sabía bien que eso podía generar más inversiones en el Estado y las arcas recibir el pago de más impuestos.

A los actuales huéspedes del Palacio de Gobierno el estreno de la obra y el inicio del nuevo servicio les pasó de noche, sobre todo el monto de la inversión y sus efectos colaterales: el mantenimiento o la creación de nuevos empleos y el fortalecimiento de la economía local y regional.

Tratándose de la participación de una empresa extranjera, era como para que hubieran promovido la publicación de la nota informativa en medios nacionales y extranjeros, para decirles a los inversionistas, ya ven, pueden traer sus capitales a Veracruz, aquí hay condiciones para invertir con seguridad y sus utilidades están garantizadas. 

Pero no, prevaleció la indiferencia, la abulia que caracteriza al Gobierno del Estado. Si no les interesó un hecho como el que comento, ¿entonces qué es lo que les interesa?

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