Veracruz | 2023-03-17
Será que los asesores no le han dicho al presidente de la Republica de nuestro país, Andrés Manuel López Obrador que no se puede atacar con tanta rudeza al Instituto Nacional Electoral (INE) pues mas allá de ese estigma que se le pretende crear como órgano antidemocrático, es quien calificó y valido el triunfo de Morena en la presidencia, gubernaturas, alcaldías, diputaciones federales y locales y por supuesto senadores.
De ahí que, las acusaciones del gobierno federal tras lo dicho por el propio presidente con motivo de la resolución de la jueza de distrito que concedió la suspensión provisional a Edmundo Jacobo Molina, secretario ejecutivo del INE, resulten contradictorias, pues fueron todas esas autoridades quienes validaron y consolidaron el triunfo del presidente y sus afines.
Edmundo Jacobo ha regresado a su cargo, tras la determinación del juzgado federal, luego que este fuera destituido automáticamente tras la aprobación y publicación en el Diario Oficial de la Federación del plan B electoral. López Obrador ha dicho que el secretario ejecutivo ha tolerado fraudes y por eso se mantenía en el puesto, por ser un antidemocrático, perteneciente a la camarilla que ha manejado el INE durante mucho tiempo. Pero habrá que recordar que es la misma institución y sus integrantes son quienes han validado y otorgado el triunfo a Morena.
Por ello hablar de tolerar fraudes, conllevaría a preguntarse, sí lo que se quiere decir, es que los triunfos del partido electoral hoy en el poder, también fueron fraudes y es que el gran debate versa más allá de los salarios privilegiados de quienes laboran en el INE, sobre el fondo del proceso electoral y el descobijo en la defensa electoral y democrática, al someterse dicho organismo y mecanismos al control total del poder. Ahora estaría en manos de Morena ¿y mañana de quién?
El tema pareciera sencillo y practico, pero no lo es. Las consecuencias pudieran verse no solo a corto, sino a muy largo plazo y ello pudiera afectar a la sociedad civil en general y a los propios aspirantes, al enfrentarse a controles constitucionales en materia electoral, permisibles y violatorio de derechos humanos, sin regla, sin orden y sin regulación.
Sin duda con el regreso del Secretario Ejecutivo al INE, además de restituirse un tanto la actividad del instituto, se restablece la esperanza de que se puedan generar criterios formales y responsables que permitan transitar la democracia de México sin bandos, pero si con legalidad y estricto apego a derechos, toda vez que un solo partido en el poder no puede pretender modificar en sus totalidad la participación ciudadana, en el marco de los procesos de elecciones de gobernantes y representantes populares.
A la presente disuasión se suma, el nombramiento de 4 consejeros electorales, en los que Morena está muy interesado, al pretender que sean sus afines quienes se instalen. Y la pregunta es ¿no es precisamente eso, lo que tanto han criticado! Controlar el organismo para hacer de la participación ciudadana un auténtico ejercicio de simulación.
El secretario de Gobernación, Adán Augusto López ha dicho que no hay ningún impedimento para que personas cercanas a Morena sean consejeros electorales o presidentes del Instituto Nacional Electoral (INE), si cumplen con los requisitos legales y constitucionales. Efectivamente, ya lo ha dicho el funcionario y entonces de que se espantan cuando señalan que en el INE funcionarios afines a los funcionarios del pasado ¿o acaso no es lo mismo? ¡Así las cosas querido lectores!