Veracruz - Boca del Río | 2023-08-05
Tengo la impresión de que esta administración ha destruido más de lo que ha construido.
El voto de confianza que la ciudadanía le otorgó al presidente y que se tradujo en 30 millones de sufragios a su favor, no implicó darle carta blanca a él y a sus funcionarios para que hicieran lo que quisieran.
Por esa misma razón quienes asumen un cargo público protestan guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las Leyes que de ella emanen.
No obstante lo anterior, esta administración a base de puras ocurrencias acabó con el sistema de salud anterior, que con todo y sus deficiencias funcionaba mejor que el actual.
Nos enemistó con varias naciones, cuando antes llevábamos la fiesta en paz con todo el mundo.
Ataca constantemente a quienes piensan distinto, ya sean personas, instituciones, poderes y organismos independientes.
Hay otros retrocesos bastante graves que no tiene caso enlistar aquí, porque la ciudadanía los conoce muy bien.
Hoy me quiero referir especialmente al grave atentado contra el sistema educativo mexicano, fraguado e impulsado desde la SEP por ideólogos marxistas como Luciano Concheiro, Marx Arriaga y un venezolano de nombre Sady Arturo Loaiza, extrañamente incrustado en la Secretaría de Educación Pública, a pesar de que existen para ocupar ese cargo mexicanos más preparados y menos dogmáticos que él. Por cierto, dicho señor fue cercano colaborador de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro.
Esos funcionarios violando francamente la Ley han definido de manera unilateral y a su gusto el contenido de los nuevos de texto gratuitos, omitiendo hacer las consultas previas a los maestros, pedagogos y padres de familia, tal y como la propia Ley de Educación lo establece.
La triste conclusión es que ellos por sus pistolas han reducido sustancialmente los contenidos de matemáticas y enseñanza del idioma castellano, para sustituir esas materias por ideología con conceptos ajenos a nuestra cultura, donde se ensalza a los guerrilleros, se narra una historia sesgada a conveniencia del socialismo, se fomenta la lucha de clases, se intenta confundir a los alumnos en cuestiones de género y sexualidad, se inculca de manera subliminal el odio a quienes están en una mejor condición económica gracias a su trabajo y superación.
También pretende enseñar matemáticas, geografía y lengua castellana con errores garrafales de conceptos, escalas, ortografía y sintaxis que más bien son verdaderos horrores. Se ve claramente que los libros fueron hechos al vapor por gente improvisada o incluso mal intencionada, a tal grado que confunden la ubicación de dos estados de la república y también el natalicio del Benemérito de las Américas con el día de la expropiación petrolera.
La educación debe servir para ampliar los conocimientos de los educandos preparándolos con bases firmes y herramientas indispensables que les permitan tener una vida mejor. La educación debe también fomentar el civismo, la unidad nacional y el respeto a los demás.
La educación libera, promueve el razonamiento, mejora la autoestima y nos permite ser exitosos.
Gracias a la educación recibida Benito Juárez dejó de ser un pastor de ovejas para llegar a ser Presidente de la República. Sin la educación recibida, bien aprovechada, hubiera sido pastor toda su vida.
Sin la educación recibida Xóchitl Gálvez no sería la empresaria exitosa, senadora con criterio propio, política claridosa y aspirante a la presidencia de la república. Seguiría vendiendo gelatinas y tamales en su pueblo natal.
Así, mientras los niños japoneses aprenden matemáticas financieras, computación, negocios on-line, idiomas, civismo que se traduce en respeto irrestricto a los demás y a las leyes, además de leer un promedio de 52 libros al año; a nuestros niños se les condena a la mediocridad y a perder el tiempo aprendiendo ideología socialista fracasada, ensalzando a la revolución cubana que solo ha producido miseria, represión, dictadura y pérdida de libertades.
Lo más triste de todo esto es que tendrán nuestros niños que competir en el futuro contra japoneses, sudcoreanos, norteamericanos, alemanes, etc. Ya nos imaginamos el resultado que obtendremos. Seguiremos exportando mano de obra barata. Continuaremos dando pena ajena.
Para los que todavía creen en las bondades del socialismo, averigüen por favor para qué lado corrió la gente cuando cayó el muro de Berlín y adónde quieren ir los que anhelan una vida mejor. ¿A Cuba, a Venezuela, a Nicaragua o a una economía de libre mercado como la norteamericana o la canadiense?
En la respuesta a dicha pregunta está la clave para saber cuál sistema es mejor para México.
¿No les parece a Ustedes?
Muchas gracias y buen fin de semana.