Veracruz | 2024-11-25
El senador de Morena, Manuel Rafael Huerta Ladrón de Guevara, estuvo el pasado fin de semana en gira por varios municipios del sur de Veracruz.
Desde Texistepec, pasando por Acayucan, Coatzacoalcos y otros municipios como Rodríguez Clara, predicó el nuevo evangelio del segundo piso de la Cuarta Transformación.
Hizo, además, un balance claro de lo que han sido sus primeros tres meses como senador, cargo que, se asegura, cayó como anillo al dedo por su historia de trabajo en la izquierda y por el "momento histórico" de los temas que se están aprobando en la Cámara Alta del país.
Fue en Coatzacoalcos donde tuvo la oportunidad de platicar con periodistas y realizar una entrevista en el programa "Diálogos" de Diario del Istmo y Agencia Imagen del Golfo, misma que se transmitirá el próximo miércoles a las 7 de la noche por todas las redes sociales.
Acostumbrado, como diría él, a "echar tiros al aire", el domingo pasado se vio a un Manuel Huerta aplicando algunos filtros a sus dichos.
Más conservador, pero no por eso menos controversial.
Ante cuestionamientos, aunque era feroz para señalar las "deudas con el pueblo" del actual gobierno estatal, evitó decir nombres.
Incluso, aunque reconoce a la gobernadora electa, Rocío Nahle, lanza dardos y asegura que, "por cuestiones éticas, mantuvo el segundo lugar que le asignaron, que era el primero".
-¿Está conforme ya con el resultado de la elección interna al paso del tiempo?
"Yo siempre he estado conforme, porque siempre son retos, y yo tengo la misma certeza de llegar a la candidatura del propio partido. Hay que reconocer que, si bien se acuerdan, es el pueblo el que me empuja. Estoy convencido de que ese es el aporte principal de esta transformación, y ahora lo estoy viendo en el Senado: la democracia, la participación del pueblo en empujar que se hagan las cosas".
Insistía Manuel: "¡Puedo platicar sin ningún pudor!"
Sin embargo, cuando se le preguntó si le daba miedo a Morena mencionar la culpabilidad de Cuitláhuac en temas de carreteras destrozadas y una galopante inseguridad, el exdelegado federal de Programas para el Desarrollo en Veracruz "robaleó".
"Mira, yo creo que él era el responsable, sin duda. Tiene responsabilidad en lo bueno y en lo malo. Y yo, pues, lo que hoy quisiera abogar es de lo que estoy participando; no es obra mía, pero estoy satisfecho de la reforma constitucional, que permite que la nueva estrategia nacional de seguridad entre a temas puntuales...", dijo mientras se tendía en la hamaca para contar los logros de la Cámara Alta en estos meses.
Atrás quedan sus dichos de que "sí hay presupuesto, y también rateros" cuando le preguntaban de las horripilantes carreteras que hoy posee Veracruz.
A diferencia de otros en Morena, para el dos veces diputado federal la autocrítica al partido forma parte de su agenda.
Lo dice claro:
"El movimiento se ha convertido en el receptáculo de esas prácticas indebidas que históricamente se criticaban y que incluso han contagiado a algunos compañeros que se vuelven caricaturas del PRI y del PAN".
Concede que la izquierda no se ha preparado y que, en muchos casos, aquellos que llegan al poder sin una trayectoria sólida se suben a unos ladrillos y se marean.
"Tenemos espectáculos, pues, muy tristes, muy visibles a la sociedad, de corrupción", dice, al tiempo que se le recuerda que se han documentado casos vergonzosos, como en la SEV de Veracruz, donde se denunció que hasta los muebles de oficinas se están llevando.
La próxima emisión de "Diálogos" promete sacudir las aguas políticas con la entrevista a Manuel Huerta Ladrón de Guevara, quien aborda sin reservas los temas que hoy marcan la agenda nacional y local.
El senador no rehuyó a ninguna pregunta, desde la reforma al Poder Judicial hasta los movimientos políticos en Veracruz, pasando por las tensiones históricas con los Yunes. Cada respuesta deja material para el análisis.
Habló de la nueva relación de los Yunes con Morena. La política veracruzana, caracterizada por alianzas efímeras y enfrentamientos encarnizados, parece haber entrado en una fase inesperada.
Huerta abordó con franqueza el papel de los Yunes en la reforma judicial, cuestionando si el reciente voto favorable refleja una reconciliación o una estrategia pragmática. "¿Ya eres amigo de los Yunes?", se le preguntó, y su respuesta, aunque ambigua, insinúa más acuerdos políticos que reconciliaciones personales.
No menos importante fue el tema de Rosario Piedra Ibarra y su polémica reelección al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Huerta asegura haber vivido de cerca este proceso, destacando la necesidad de consolidar una agenda que priorice a las víctimas. Sin embargo, las críticas persisten, tanto sobre su gestión como sobre la forma en que fue ratificada.
Tras su paso por la delegación de Bienestar y su capacidad para articular redes de apoyo, Huerta no reconoce su intención de influir en la renovación de ayuntamientos en 2025; sin embargo, no lo pierda de vista.
Algo es claro: ser legislador de territorio le va a dar una herramienta poderosa a Manuel Huerta para poder generar una fuerza ante los contrapesos internos de su partido.
A diferencia de los escándalos de Claudia Balderas, hoy con Manuel Huerta, Veracruz en el Senado tiene un nivel diferente. Peor que la nativa de Villa Allende será imposible. El senador admite que la tómbola se equivocó.
La historia de Manuel en la Cámara Alta apenas empieza. Ya veremos si es buen o mal senador.
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