Huele mal

Café Jarocho

Veracruz | 2024-07-16

Comerciantes en el primer cuadro de la ciudad se quejan de que por doquier hay fuentes emisoras de olores fétidos, en particular alcantarillas y registros de aguas negras que al decir de ellos, alejan a los posibles clientes, y ya ha pasado que desisten de entrar porque comentan esa situación.

Alguien podría hacer algo para solucionar el problema y alejar a mil años luz de distancia a esos hedores pestilentes a más no poder? Es el llamado de algunos comerciantes en varios sitios donde expenden alimentos y bebidas azucaradas.

Hoyos sin fin

Es apremiante que las direcciones de obras públicas de Veracruz y Boca del Río actúen en cuanto termine la temporada de lluvias para rellenar los socavones que se han ido formando durante las últimas semanas y atienda los que están por serlo.

Decenas y hasta cientos de baches en la conurbación tienen pinta de que quieren llegar a convertirse en un verdadero problema para los automovilistas, por lo que las autoridades están obligadas a taparlos una vez que las condiciones climatológicas lo permitan.

El problema es que varios de estos socavones se siguen formando año con año aun cuando los rellenen, tal es el caso de la avenida Reyes Heroles en Boca del Río, pues desde la Nissan hasta la facultad de Educación Física los hundimientos se vuelven a formar pese a que han intentado impedirlo.

A cuidar el cangrejo

En Veracruz, la temporada de reproducción del cangrejo azul, que va de julio a finales de septiembre, es un periodo crítico para la especie. Durante estos meses, miles de cangrejos cruzan carreteras y dunas para depositar sus huevos en el mar, un viaje esencial para su ciclo de vida.

Cada año, durante su migración, muchos cangrejos son atropellados en las carreteras, lo que impide que cientos de miles de huevos lleguen al mar. Es esencial que se respete y proteja a esta especie inofensiva. La preservación del cangrejo azul es una responsabilidad compartida.

Promover la conciencia sobre la importancia de proteger al cangrejo azul y su hábitat no solo es un deber ambiental, sino también una obligación moral para garantizar que futuras generaciones puedan seguir admirando a estas fascinantes criaturas en su entorno natural.

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