Y mandó Yahweh Dios al hombre, diciendo: de todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. (Génesis 2: 16, 17). Un lugar agradable creó Dios para Adán y su mujer, un jardín donde el hombre señoreaba sobretodo lo creado por Dios. (Génesis 1:28). Solo la majestad de Dios estaba sobre ellos, paseándose en el huerto. (Génesis 3:8). Todo era admirable y agradable a los ojos del hombre, sin embargo, un peligro acechaba que llevaría al hombre a la muerte, el fruto prohibido de un árbol. Dios le dio mandamiento a Adán que de todo árbol del jardín podía comer, más del árbol de la ciencia del bien y del mal no, porque de lo contrario moriría. (Génesis 2: 16,17). No es que el fruto del árbol fuera malo, sino que al comer el fruto, la semilla de desobediencia, implantada por Satanás, concebiría la muerte espiritual del hombre, destruyendo los planes de Dios para él. (Génesis 3:11). Satanás contradijo la verdad de Dios con su mentira, diciendo a la mujer que no morirían. (Génesis 3:4). Sin embargo, sucedió conforme a lo dicho por Dios. Quien provocó la muerte espiritual del hombre fue la desobediencia por dar oído a la palabra declarada por Satanás a la mujer quien creyó y lo dio a su marido, que al comer del fruto, se consumó el pecado de desobediencia y codicia en ambos, y como resultado la muerte. (Génesis 3:6). La palabra de Dios dice: Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. (Santiago 1:15). En el tiempo del Señor Yahshua el Hijo de Dios, algo similar ocurrió cuando el Maestro anuncia la traición de Judas, Juan le preguntó al Señor quien había de entregarle, y el Señor respondió a quien le diera el pan mojado, aquel es, y después del bocado, Satanás entró en él y el pecado fue consumado. (Juan 13:25-27). La influencia de Satanás entro en el bocado de pan; lo mismo pasó con el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, en cuanto fue comido el fruto, la influencia de Satanás activó el pecado de desobediencia, y con el pecado la muerte de Adán y Eva. (Génesis 3:6,7). Solo la fruta del árbol, fue el medio por donde el plan de Satanás surgiría efecto, la muerte espiritual del hombre. La Escritura dice: Y oyeron la voz de Yahweh Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Yahweh Dios entre los árboles del huerto. Más Yahweh Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Yahweh Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. (Génesis 3:8-13). El engaño de Satanás fue el fruto de labios salido de su mala semilla corrompida llena de iniquidad. (Ezequiel 28:17,19). Fue en este árbol, de la ciencia del bien y del mal, donde Satanás atentó contra la vida espiritual del hombre. Él se manifestó como una serpiente para tentar al hombre (Adán y Eva) y matar y destruir su pureza espiritual a través de la mentira. ¿Qué dicen las Escrituras? El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir. (Juan 10:10). El ladrón Satanás le robó al hombre la comunión con Dios, le dio muerte espiritual por medio del pecado de desobediencia, y destruyó la vida armoniosa, equilibrada, proporcionada, llena de paz y de concordia que llevaba el hombre dentro del huerto del Edén. Después que Dios hizo juicio con la serpiente, la mujer y el hombre, los echó fuera del huerto, poniendo querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida. (Génesis 3:14-24). Satanás sembró deseos en exceso en la mujer de Adán, y ese fruto de labios los impulsó a pecar. El destierro de Adán y Eva, hizo que el mundo entrara en un estado de culpa por el pecado original que es la semilla de concupiscencia que sembró en ellos Satanás. Por esta razón, la palabra de Dios dice: Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. (Romanos 5:12). Desde entonces el mundo se llenó de pecado. Está lleno de invitación a pecar. El mundo es sinónimo de pecado y muerte espiritual. En el mundo satanás hace lo mismo que hizo en el huerto del Edén, ofrece pecado esclavizando al hombre para que el hombre no sea salvo. Tienta al hombre con viandas codiciables de adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas, y quienes practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. (Gálatas 5:19-21). En el mundo está el fruto prohibido, la comida carnal que conduce al pecado y muerte espiritual. Estas viandas tientan al hombre, y aunque parezcan agradables a nuestros ojos, debemos rechazarlas, porque todo lo que nos ofrece el mundo, es del diablo y sus demonios. Aunque parezca bueno lo que nos ofrece, es malo, porque no obra la voluntad de Dios y nos hace caer en pecado y muerte, y nos impide la entrada al reino de los cielos. (Mateo 7:21). Continuará. Paz de Yahshua.