Veracruz | 2021-09-25 | Raúl López Gómez
El mal es como un cáncer, que ha penetrado en las esferas de algunas de las universidades públicas y privadas, así como organismos y centros de investigación científica en este país, en una labor de elitismo total, privilegios económicos y de nulas aportaciones por la simulación científica, que realizan algunos a la perfección.
Corrupción, impunidad, abusos de poder y todos los males inimaginables son parte de una elite maligna que desplaza a los verdaderos investigadores y académicos.
Algunos, se han convertido por años en los eternos “vividores del presupuesto público y privado.
Se trata del auténtico drama de quienes se han escondido, escudado y mimetizado con los verdaderos científicos mexicanos, que laureados deben ser, y que por el mismo mal, han sufrido de los desplantes, desplazamientos y contubernios con los que operan en combinación con las autoridades de antes.
El presidente AMLO, ha puesto el dedo en la llaga en el caso de algunos personajes que, con el disfraz de científicos o académicos, se les conoció del “modus operandi” y el “modus vivendi”, para hacerse de los medios económicos con los que se han enriquecido por décadas.
Lamentablemente, en ciertos casos los lleva hasta delinquir con los recursos públicos, como ha sucedido a lo largo de muchos años.
Y, para entenderlo, primero hay que vivirlo, conocerlo y sentirlo en carne propia de quienes han sido desplazados por esa “casta de poder antes oculto”, llena de privilegios y corrupción”, al grado de que ofenden, lastiman y delinquen, sin pudor alguno, y sin esperar las consecuencias, que ahora se dieron.
El caso del Conacyt, provoca ruido y resquemor, pero en el fondo hay un problema serio, que por primera vez se comienza a ventilar de forma pública, pero el tema de los académicos e investigadores en las universidades públicas y privadas de este país no es nuevo, se trata de una casta divina, y debe de revisarse con algunos personajes que hasta evaden impuestos como parte de ese formato muy bien estructurado, pero que al fin se les cayó el teatro, ya muy antiguo.
Sólo por citar a varios destacados académicos que se han conocido, visto y tenido el privilegio de verlos desenvolverse en su carrera de éxito, pero también de lucha en contra de la escasez, las penurias y hasta el maltrato, porque no les ha dado ese lugar de respeto, admiración y dignidad, que demuestran en las aulas y en un hacer las cosas con ese amor por la educación y a la humanidad, a ras de suelo.
La doctora Leticia Urbina, académica de la UNAM, catedrática en la Maestría en Periodismo otorgado en Veracruz por la UV y la máxima casa de estudios en el país, es un ejemplo de esfuerzo, sacrificio y devoción por su trabajo en compartir en el día a día con sus alumnos, en una forma realmente sorprendente, además de quien lleva una vida modesta y se hace de recursos propios a través de la artesanía de elaboración de libretas que son toda una obra de arte, pero además cumplidora al máximo en su compromiso con la educación superior, sin precedente alguno.
Doctor Miguel Casillas, incansable, aporta con sus importantes teorías y de experiencia, escribe ensayos, los publica en una labor incansable de muchos años en la UNAM y en la UV, como todo un experto en materia de educación superior de amplio prestigio internacional y que se doctoró en Francia.
Doctor Guillermo Héctor Rodríguez (+), fue alcalde de Veracruz, por alguna circunstancia que paso el pantano sin mancharse, pero fue de los primeros doctores en derecho en este país, que trascendió por sus estudios jurídicos. Y concluyó su actividad profesional siendo maestro de la Facultad de Comunicación de la UV, en las materias de investigación: su ejemplo y trascendencia es que murió en la pobreza, sin familia y con unos cuantos años, que tuvieron el privilegio de conocerle, tratarle y de ser sus discípulos, además de recibir su tesis doctoral que se constituía en dos tomas en materia de investigación de las ciencias.
El contador Carlos Manuel Aguirre Gutiérrez, dice que la investigación científica es necesaria y fundamental para toda sociedad, en donde lamentablemente también existe la simulación perniciosa, por que la medida de corregir el rumbo es importante porque debe existir orden, “hay quiénes usurpando una tarea digna, caen en acciones dolosas de plagio, en la acción de copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias. Y afectan a los verdaderos científicos.
Pero también, hay que cuidar con precisión y a detalle que no se afecte a aquellos que están haciendo de la academia y de la investigación científico todo un apostolado al servicio de la humanidad, por lo que es momento de reivindicar el momento actual para darle un impulso a los que aportan a la ciencia con su esfuerzo, con su trabajo diario y sus contribuciones a darle al ser humano todas las facilidades de una vida digna, normal en donde el amor y la felicidad son parte de ese espíritu de entrega a quienes se entregan al estudio en favor de la academia y la investigación en todas las universidades en el mundo, sin excepción.
En sus tiempos de rector de la UV, a Carlos Manuel Aguirre Gutiérrez, se le recuerda por haber dado un logro histórico al homologar los tabuladores de los docentes de la Universidad Veracruzana con los de la UNAM, como una acción de justifica para los maestros de la máxima casa de estudios en la entidad.
Recordó, a don Santiago Ramón y Cajal, un médico y científico especializado en histología, que compartió el premio Nobel de Medicina en 1906 con Camilo Golgi, en reconocimiento sobre la estructura del sistema nervioso. Y como un gran ejemplo entre muchos, al doctor René Raúl Drucker Colín, que fue un científico investigador y articulista, especializado en Fisiología y Neurobiología orgullosamente de la UNAM y de varias universidades el Orbe.
El respaldo a los académicos e investigadores científicos de este país es unánime, sin cortapisas. A los verdaderos, Así las cosas.