Veracruz | 2025-03-11
Dos términos han tomado fuerza en los últimos años: criptomonedas y stablecoins, Para entender el impacto del reciente decreto de Donald Trump firmado el 6 de marzo, sobre la creación de una reserva estratégica de Bitcoin, primero es clave comprender qué son y por qué están revolucionando el dinero.
Las criptomonedas son monedas digitales que funcionan sin la necesidad de un banco central o intermediarios. Su valor no está ligado a ningún gobierno, sino que depende de la oferta, la demanda y la confianza de quienes las usan. Bitcoin, Ethereum y otras son ejemplos de estas monedas descentralizadas, que han sido vistas tanto como una oportunidad de inversión como un riesgo por su volatilidad.
Las stablecoins, buscan estabilidad al estar respaldadas por un activo como el dólar o el oro. A diferencia de Bitcoin, cuyo precio puede fluctuar fuertemente en cuestión de horas, una stablecoin como USDT o USDC tiene un valor fijo (o casi fijo), lo que la hace más predecible para transacciones diarias.
El decreto de Trump no solo oficializa la presencia de Bitcoin en la economía de EE.UU., sino que también lo posiciona como un activo estratégico. El gobierno estadounidense ahora tratará a Bitcoin como una reserva de valor, similar a como se almacenan lingotes de oro en bóvedas. Además, el fondo se nutrirá de criptomonedas confiscadas en procesos judiciales, lo que significa que no costará dinero a los contribuyentes.
Este movimiento no es solo una apuesta económica; es una declaración política y tecnológica. La administración de Trump busca colocar a EE.UU. como líder en la industria cripto, atrayendo inversión y regulando el sector sin frenar su desarrollo. Su mensaje es claro: las criptomonedas han llegado para quedarse y el gobierno quiere estar al frente de esta transformación.
El dinero fiat, que es el que usamos a diario (dólares, euros, pesos), está respaldado por la confianza en los gobiernos que lo emiten (yo le llamo dinero de buena "fe"). No tiene un valor en sí mismo, como el oro, sino que su precio lo establece el Estado y su aceptación en la economía.
Con la consolidación de Bitcoin y las stablecoins, el dinero fiat enfrenta una competencia sin precedentes. Mientras que el dinero tradicional puede ser impreso sin límite (dólar), las criptomonedas como Bitcoin tienen una oferta finita, lo que las hace atractivas como reserva de valor.
Lo que está ocurriendo no es una moda pasajera. La adopción de las criptomonedas por parte de gobiernos, bancos e inversionistas institucionales está acelerando un cambio radical en la forma en que entendemos y usamos el dinero.
La decisión de Trump: ya no es solo un activo especulativo, sino un componente clave en las finanzas de una de las economías más grandes del mundo. Esto significa una menor dependencia del dólar y del sistema bancario tradicional.
A largo plazo, es probable que veamos una coexistencia entre el dinero fiat y las criptomonedas, con estas últimas asumiendo un papel cada vez más desafiante, lo que llevará a la desaparición del dinero tradicional.