ERIC-NAHLE: ¿IRRECONCILIABLES?

AL PIE DE LA LETRA

Veracruz - Boca del Río | 2023-08-09

Si las versiones son ciertas, en 2024 Morena podría colapsar en Veracruz al menos en la elección de gobernador.

Y es que ha trascendido que la confrontación entre la secretaria de Energía, Rocío Nahle, y el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, ha ido escalando a tal grado que el hombre fuerte del gobernador Cuitláhuac García cada día se muestra más soberbio y pone mayor distancia con la aspirante favorita de la “corcholata” presidencial Claudia Sheinbaum a la gubernatura de Veracruz, cargo que también pretende el ingeniero agrónomo originario de Otatitlán. 

A Nahle, por su parte, le atribuyen haber expresado ante otros funcionarios estatales aliados, que de su cuenta corre que a Cisneros no vuelva a vérsele en Veracruz. 

Sin embargo, un factor clave en los próximos comicios será indudablemente el titular de la Segob, quien en 2018 fue el operador electoral para llevar a Cuitláhuac a la gubernatura, ya que si bien es cierto que García Jiménez fue remolcado en buena medida por el llamado “efecto López Obrador”, tampoco se debe pasar por alto que sin la operación para sumarle grupos del PRI, PAN y PRD, además de armar y coordinar la estructura de fieles representantes de casilla que cuidaran y contaran bien las boletas, quizá el exdiputado federal xalapeño no hubiera alcanzado la votación de un millón 600 mil sufragios que sorpresivamente obtuvo para sustituir al panista Miguel Ángel Yunes Linares, quien maniobró con todo para heredarle el poder a su hijo primogénito pero se quedó corto en su cálculo, pues Miguel Ángel Yunes Márquez fue superado por 200 mil votos, lo que evitó que impugnara legalmente la validez de la elección.

Tres años después, desde la Secretaría de Gobierno, Cisneros Burgos operó nuevamente en las elecciones intermedias de 2021, en las que Morena arrasó al ganar 104 de las 212 presidencias municipales, así como la mayoría de las diputaciones locales y federales.

Para obtener estos resultados, el llamado “Yanga veracruzano” –por su campaña para reivindicar a la minoría de afrodescendientes con la que se identifica por el color oscuro de su piel– se valió de todo tipo de artimañas y de la fuerza del Estado para impulsar a sus candidatos y someter a la mayoría de los adversarios. Y es que, como ya se sabe, la exdirectora jurídica de la Segob, Verónica Hernández Giadáns, sigue siendo su subordinada incondicional ahora como Fiscal General del Estado, y ha retomado también el control absoluto de la Secretaría de Seguridad Pública tras la abrupta renuncia en octubre del año pasado de Hugo Gutiérrez Maldonado, con quien habría protagonizado durante una sesión de la Mesa de Coordinación para Construcción la Paz una ríspida discusión que a punto estuvo de terminar en un zafarrancho de no haber sido por un alto mando militar que, ante la inacción del gobernador, llamó a la cordura y se interpuso entre el personal armado de ambos bandos.

Así, pues, si Nahle quiere ser gobernadora, entonces deberá conciliar y pactar un “matrimonio de conveniencia” con Cisneros. O, de lo contrario, sacarlo del estado como presuntamente amagó.   

  

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