Veracruz - Boca del Río | 2024-09-20
¡Vaya cosa más rara, compadre! Miguel Ángel Yunes Márquez, ese que siempre se nos vendió como el paladín azul, el defensor de Acción Nacional, ahora anda de la mano con Morena. ¡Qué cosas, mano! A estas alturas, uno ya no sabe si reírse o preocuparse por este chiste de mal gusto que es la política veracruzana.
No, si ya lo decía mi abuela, "del agua estancada cuídate, que no sabes qué mugrero trae". Y es que esto de los Yunes con Morena suena a ese chisme que corre por el barrio, pero que nadie termina de creerse.
Por un lado, el gober Cuitláhuac García asegura con mucho pecho inflado que los Yunes no tienen cabida en el partido guinda ni en sus aliados del PVEM y PT. "Amparados y con fuero, ¿qué vas a negociar?", suelta el gober como quien ya se dio por vencido en la pelea.
Pero, carnal, ahí no acaba el show. Resulta que mientras Cuitláhuac andaba dándose golpes de pecho en público, Yunes Márquez andaba bien cómodo posteando en sus redes sociales, presumiendo su reunión con Claudia Sheinbaum. ¡Y hasta tuvo el detalle de mencionar a Adán Augusto López, como quien ya se siente parte del equipo! "Me reuní con la Doctora Claudia Sheinbaum para desearle mucho éxito en su gestión como primera Presidenta de México", decía, bien ufano.
Eso sí, no podemos dejar de mencionar que este miércoles, durante una conferencia de prensa, el mismo Cuitláhuac, quien durante toda su administración no ha dejado de tirarles con todo a los Yunes, no pudo más que tragarse su orgullo. "Yo no me retracto", dijo, pero se veía más resignado que convencido. Claro, de vez en cuando hay que aceptar la derrota con dignidad... o algo así.
Pero no creas que es solo cosa de Cuitláhuac. También Gerardo Fernández Noroña, el buen presidente de la Mesa Directiva del Senado, se montó al tren y dejó la puerta abierta para que los Yunes del Estero —¡sí, los mismos que juraban fidelidad a la causa panista!— se unan a la "Cuarta Transformación". ¡Quién lo diría, hermano! Es como ver a los Tiburones de Veracruz jugando para el América; simplemente no tiene sentido.
Eso sí, el Yunes Márquez ya anda más cerca de Morena que del PAN, si prospera su expulsión del partido blanquiazul. Noroña lo dijo claro: el senador veracruzano ya participa en las reuniones con los de la 4T. Pero, ojo, que según él, Yunes aún no ha decidido si dará el paso completo de cambiarse de camiseta. Ahí es donde el juego se pone bueno, porque Yunes Márquez está litigando su expulsión en Acción Nacional, y mientras tanto, juega al "ni contigo ni sin ti" con Morena.
¡Ah, qué sabrosos se ponen los chismes políticos, compadre! ¿Te imaginas a los Yunes con la camiseta guinda, los mismos que durante años se desgarraron las vestiduras en contra de López Obrador y su transformación de cuarta? Esto suena más a novela barata que a política seria, pero bueno, así es como se maneja el show en Veracruz.
Para rematar, durante la guardia en honor a Miguel Hidalgo en Xalapa, el gober Cuitláhuac, como quien ya no tiene nada que decir, suelta: "Estamos felices porque ganamos". Así, sin más. ¡Y vámonos, que ahí quedó! Porque claro, en política siempre hay que poner cara de que todo está bajo control, aunque el barco se esté hundiendo.
Y mientras todo esto ocurre, ¿qué dice Morena? Pues Rocío Nahle y Esteban Ramírez Zepeta, los pesos pesados del partido en el estado, siguen diciendo que "se reservan el derecho de admisión". No vaya a ser que los Yunes les salgan más caros de lo que creen. Sin embargo, la verdad es que en política, cuando el río suena... ya sabes cómo termina el dicho.
Lo que estamos viendo aquí, paisano, no es otra cosa que el baile de máscaras que es la política mexicana. Un día son enemigos jurados, al siguiente están compartiendo tamales y café. Lo único claro es que, al final del día, todo se trata de mantener el poder, sin importar con quién haya que aliarse.
Así que, ¿qué podemos esperar? Pues quién sabe, compadre. Quizás mañana veamos a Yunes Márquez haciendo campaña para Morena, o quizás lo veamos de nuevo en la oposición, pero lo que es seguro es que en este juego de traiciones y alianzas, nosotros, el pueblo, seguimos siendo los meros espectadores de un espectáculo que ya se ha vuelto cansado.
Pero bueno, al final, ¿qué más podemos hacer? Nada más que sentarnos con una torta de elote y ver cómo sigue este circo político. ¡Total!